martes, 4 de junio de 2013

PROYECTO DE AUTOESTIMA

 EL SENTIDO DE SÍ MISMO COMO NÚCLEO FUNDAMENTAL PARA EL DESARROLLO DE LA AUTOESTIMA EN EL CONTEXTO ESCOLAR.





                                        PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA          
   
Al  analizar las problemáticas sociales  relacionadas con las prácticas de crianza, se puede evidenciar la influencia que ejerce el entorno familiar, los vínculos afectivos y las interacciones que se dan en: los espacios para jugar, dialogar y compartir, lo cual incide en el proceso de desarrollo del niño ;esto implica para este, que cuando no existe un ambiente familiar favorable lo refleja en el entorno escolar y en sus procesos académicos, por ejemplo: al no querer realizar las tareas escolares debido a falta de motivación, pereza, aburrimiento, entre otros, mostrando una actitud pasiva o negativa en los momentos de socialización tales como: el juego, la interacción con sus compañeros y la comunicación, en las cuales manifiesta timidez, tristeza y agresividad; lo que hace que para el niño el entorno escolar se convierta en un espacio que le genera angustia e inseguridad.
Cabe resaltar que el desarrollo del niño no es óptimo si este se encuentra  inmerso en situaciones problemáticas, esto se ha evidenciado al analizar las hojas de vida  de algunos niños por medio del programa de educación y desarrollo psico afectivo Pisotón con el que cuenta la institución que permite acceder a la información de los niños encontrando factores como: familias disfuncionales, padres adolescentes, madres cabeza de hogar, familias de bajos recursos, acudientes con trabajos de jornada extensa, entre otros;  lo que hace que el tiempo y dedicación hacia los niños sea mínimo, al igual que el diálogo, la comprensión, el reconocimiento de sus necesidades y la atención que requieren; ello incide significativamente en el desarrollo de una baja autoestima.
Estas situaciones no están permitiendo que  se trasmitan  los valores, las formas de pensar y de actuar de una manera adecuada, los niños no se les selecciona como líderes, no participan con frecuencia en clase o en actividades sociales. No defienden sus propios derechos ni expresan sus opiniones, afectando así la formación de la autoestima de estos en aspectos como la construcción de la personalidad individual y social.
La presente investigación apunta a dar respuesta al interrogante que da origen a la formulación del problema central:

¿Cómo generar ambientes de aprendizaje  para el fortalecimiento de la autoestima en los niños y niñas de la Institución Educativa Yermo y Parres?

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OBJETIVOS
General:
Analizar cómo los ambientes de aprendizaje inciden en el desarrollo de la autoestima,  de los niños y niñas de 4 a 6 años de la  Institución Educativa Yermo y Parres.

Específicos:
·         Identificar los factores que afectan el desarrollo de la autoestima de los grados transición y primero 3 y 4.

·         Implementar estrategias de la pedagogía activa que desarrollen en los niños actitudes de aceptación y reconocimiento de sí mismos.

·         Evaluar el impacto de las estrategias pedagógicas en los ambientes de aprendizaje en el desarrollo de la autoestima.




JUSTIFICACIÒN

Los desafíos de la educación plantean el mejoramiento en la calidad de los procesos pedagógicos que se inician en las primeras etapas de la vida del niño; es por ello que indagar sobre la formación de la autoestima en la etapa preescolar, se constituye en un tema fundamental, que aporta elementos significativos para la construcción del sujeto.
Esta investigación permitirá ubicarse dentro de unas doctrinas teóricas, en relacion a los aportes de autores como: Mackey fanning, Coopersmith, Wilber, William James, Jhon Dewey, aportando concepciones frente al tema central de nuestra investigación autoestima y ambientes de aprendizaje, articulando la teoría con la práctica.
Por ello para esta investigación se planteará un conjunto de estrategias pedagógicas, que orientarán las acciones que favorecerán los procesos sociales, la construcción de la autoimagen, el desarrollo de la autonomía y demás factores que giran en torno al fortalecimiento de la autoestima, esta generará una serie de actividades y ambientes de aprendizaje donde los estudiantes tendrán la oportunidad de interactuar y brindar experiencias de aprendizaje. Dichas experiencias serán el resultado de actividades dinámicas y participativas que permitirán a los niños hacer uso de sus capacidades, crear y utilizar herramientas para obtener e interpretar información  que les permitan expresarse con libertad,  llevando a estos a asumirse como sujetos de derecho, con capacidades y habilidades que les posibiliten desenvolverse en el entorno que les rodea. Estas  actividades tendrán como base los principios de la pedagogía activa donde el docente será un guía y el estudiante el principal protagonista de su propio aprendizaje.
Respecto a lo anterior, se buscará beneficiar principalmente a los niños y niñas de la Institución Educativa Yermo y Parres sección Carlos Franco de los grados transición y primero 3 y 4, además servirá como base para que tanto docentes, padres de familia y maestras en formación comprendan la importancia de trabajar en conjunto, dialogar con los niños y respetar sus opiniones, para favorecer los  ambientes de aprendizaje.
Para la viabilidad de este proyecto investigativo se puede contar con las condiciones estructurales de la Institución Educativa Yermo y parres, siendo este un lugar que cuenta con salones amplios, dos canchas y un auditorio de fácil adaptación para la ejecución de las actividades, los recursos financieros estarán a cargo de las investigadoras del proyecto, lo que permitirá emplear diferentes materiales didácticos, locativos y de apoyo; los recursos humanos estarán conformados por los agentes educativos de la institución quienes apoyaran con su saber pedagógico y disciplina, los niños y las niñas serán los principales participantes  y las maestras en formación estarán a cargo de dirigir las diferentes actividades propuestas para el proyecto.



MARCO TEÓRICO
ANTECEDENTES

LA TEORÍA DE LA AUTOESTIMA EN EL PROCESO TERAPÉUTICO PARA EL DESARROLLO DEL SER HUMANO

Tesis 1: esta investigación de tipo cualitativa documental, hace un recorrido a través  de los diversos  referentes teóricos  que  hablan sobre la Autoestima y la incidencia que tiene ésta en las diferentes etapas de la vida, transversa lisando  el desarrollo humano (como elemento promotor) desde lo individual, social,  familiar, psicológico, escolar entre otros,  así mismo analiza la  aplicabilidad de la autoestima como variable  del  proceso terapéutico del individuo.
Objetivo General:
Analizar la teoría de la autoestima en el proceso terapéutico para el desarrollo humano; tomando como referencia los aportes de Wilber (1995), Walsh y Vaughan (1999), McKay y Fanning (1999), Branden (2001) y, Rogers y Russell (2002).


Objetivos Específicos:
  • Describir los planteamientos de los autores en torno a las distintas conceptualizaciones de la autoestima.
  • Identificar los avances en el abordaje de la autoestima como variable del proceso terapéutico del individuo.
  • Determinar los aportes de la teoría de la autoestima como elemento promotor del desarrollo humano.
  • Analizar la aplicabilidad de la teoría de la autoestima en el proceso terapéutico para el desarrollo humano en un caso práctico-clínico.

Hallazgos:
  • Unos de los hallazgos más importantes de esta investigación es que la autoestima aporta significativamente al desarrollo del ser humano en cualquier etapa de la vida y en sus diferentes áreas ya sea social, afectiva, comunicativa, entre otras; además de esto también a través de diferentes estudios, se demuestra que el contexto incide significativamente en el desarrollo apropiado o inapropiado de esta, enfatizando en los resultados de dichos estudios que revelan que desarrolla mejor la autoestima el género masculino que el femenino en las edades de la adolescencia.


CONCLUSIONES:

  • La autoestima es base  fundamental  para el desarrollo humano, es decir, le permite al individuo  desarrollar habilidades, emociones, sensaciones y pensamientos sobre sí mismo que posibilitaran desenvolverse en determinados contextos, de ello dependerá su éxito o fracaso.
  • La autoestima es  la necesidad sana y naturalmente histórica que tiene el ser humano de ser estimado y valorado. Es decir que, para crecer es necesario tener una imagen valorada de sí mismo sustentada desde los cuidados y la aceptación.
·         La autoestima es importante en todas las épocas de la vida, pero lo es de manera especial en la época formativa  de la primera infancia ya que en esta se  inicia y consolida las habilidades de socialización, ampliamente ligadas al desarrollo de la autoestima; puesto que muestra las oportunidades de comunicarse con otras personas de manera directa y continua. Por tanto, si el ambiente que rodea al individuo es un mundo de paz y aceptación, seguramente el individuo conseguirá seguridad, integración y armonía interior, lo cual constituirá la base del desarrollo de la autoestima especialmente con las figuras de apego  en el hogar y la escuela.

RELACION: nos brinda los diferentes aportes y concepciones sobre autoestima en el ser humano, a través dela historia,tranversalisando el desarrollo de este y  enfatizando su gran importancia para la época escolar debido a  la gran incidencia que ejerce la interacción con el medio y las personas que lo  rodea.








Mina, Carrasco y Martínez (1999), quienes realizaron un estudio dirigido a determinar las características de la autoestima y los estereotipos de rol de género.

Daniela Steiner Benaim

Maracaibo, Julio de 2005





FORMACIÓN DE LA AUTOESTIMA EN EL NIÑO: CONCEPCIONES Y PRÁCTICAS DE MAESTROS DE EDUCACIÓN PREESCOLAR.

Tesis 2. Esta investigación se aborda a través de un tipo de investigación cualitativa, apoyada en la etnografía el cual permitió caracterizar las concepciones y prácticas de los maestros de educación preescolar ante la formación de la autoestima en el niño, identificando aspectos que favorecen u obstaculizan su desarrollo, permitiendo de esta forma realizar aportes relevantes  encaminados a la reflexión del maestro sobre su práctica, facilitando el desarrollo de procesos y actividades que potencien la autoestima.

Objetivo general:
Caracterizar las concepciones y prácticas de los maestros de educación preescolar ante la formación de la autoestima del niño.

Objetivos específicos:
  • Describir las prácticas de los maestros en relación con la formación de la autoestima en el  niño.
  • Identificar las concepciones que subyacen en ellas.
  • Identificar las actividades pedagógicas desarrolladas por los maestros que favorecen u obstaculizan la formación de la autoestima en el niño.

Hallazgos:
  • Los hallazgos obtenidos permiten concluir que las concepciones que poseen los maestros sobre autoestima tienen que ver con el concepto del propio valor de la persona, el cual se forma gracias a la conciencia que adquiere sobre sus habilidades, fortalezas o cualidades, así como sobre sus falencias.
  • Otro hallazgo importante se relaciona con la conciencia que tienen los maestros acerca de las acciones de apoyo facilitadoras de la autoestima, por lo que el lenguaje, los juicios, las actitudes, la expresión corporal, el contacto físico, son acciones cotidianas que al ser realizadas por las maestras, le están diciendo al niño como lo ve su profesor y como es apreciado o rechazado, lo que a su vez se constituye en el factor social que incide en el desarrollo de la autoestima.
  • Según la investigación los resultados del aprendizaje están relacionados con el desarrollo de la autoestima, dado que la adquisición y construcción de nuevo conocimiento está subordinada a las actitudes que tenga el niño hacia el mismo, hacia los demás y hacia el contexto en el cual actúa, dependiendo la estructura mental de disponibilidad y apertura hacia nuevos horizontes.

Conclusiones:
  • Caracterizar las concepciones y prácticas de los maestros de educación preescolar ante la formación de la autoestima en el niño, es un proceso complejo, dado que el maestro tiene su propio modelo que le permite desarrollar una serie de estrategias y actividades dentro de las cuales es inherente la formación de la autoestima.
  • la autoestima para los maestros es una actitud de aceptación sobre la propia persona, permite afrontar el fracaso y es responsable en cierta medida de los éxitos que en el futuro tenga la persona. La autoestima para las maestras puede ser como garantía de la proyección futura de la persona, constituyendo uno de los motores para la generación de características personales.
  • El maestro de preescolar ha de ser el mejor maestro preparado tanto desde el punto de vista académico como como personal, no solo es importante la cultura y el saber hacer, sino que debe concederse importancia a la adquisición de estrategias y habilidades que ayuden a establecer y fortalecer lazos afectivos con los niños para formar su autoestima, se trata de un proceso de interacción que lleve a la construcción activa y conjunta de significados.

Relación: Se relaciona en el sentido de indagar que factores inciden en el desarrollo de la autoestima en los niños y niñas, especialmente en el ámbito escolar, buscando  que desde el trabajo pedagógico se fortalezca esta y se afiance el trabajo cooperativo, despertando en ellos actitudes de colaboración, seguridad, aceptación entre otros.

MARCO CONCEPTUAL

Para comprender los conceptos que dirigen nuestra investigación tomamos como referencia los siguientes conceptos.

LA AUTOESTIMA
Nathaniel Branden (1999) define autoestima como la experiencia de ser aptos para la vida y para las necesidades, y aunque considera que esta definición aún se puede perfeccionar, también la define como:
La confianza en la capacidad de pensar y de enfrentar los retos que la vida  presenta.
La confianza del derecho a la felicidad, de ese sentimiento que  dignifica y  hace merecedor de valorarse a sí mismo como persona, y las aportaciones que haces al mundo como tal.
La Asociación Nacional para la Autoestima (National Association for Self-Esteem) define autoestima: “como la experiencia de tener capacidad para enfrentar los desafíos de la vida y ser merecedor de la felicidad. Las personas que tienen una autoestima auténtica y saludable se ven a sí mismas como seres humanos positivos, responsables, constructivos y confiables”.

ORIGEN Y DESARROLLO DE LA AUTOESTIMA:
El proceso de autoconocimiento comienza desde el nacimiento a medida que el niño desarrolla la autoconciencia. Se sabe que el recién nacido no separa su “yo” del resto del mundo, carece de conciencia de sí mismo debido a que la memoria no se ha desarrollado y a que no cuenta con experiencias que le permitan distinguirse a sí mismo del que le rodea.
El yo corporal es el primero en desarrollarse con base en las sensaciones físicas provenientes del interior del cuerpo, y de las funciones que llegan del exterior cuando las necesidades del pequeño no son satisfechas. El lenguaje es un aspecto psicológico de gran importancia para establecer la identidad. Al escuchar constantemente su nombre, el niño comienza a reconocerse diferente a los otros.
Para Greenberg, el origen de la autoestima, se sitúa en los primero años de vida, a partir de los primeros mensajes e imágenes que los padres devuelven a su hijo, fundamentos sobre los que el niño se forma un primer concepto de sí mismo. Si el niño se siente aceptado por su familia, esto le permite desarrollar sentimientos de aceptación, aprecio, valor personal y seguridad que son las bases de un buen nivel de autoestima para el futuro. (GREENBERG, citado por Branden).
Continua afirmando el autor que el niño cuando llega a este mundo, carece de una escala de comparación para valorarse a sí mismo; tiene que depender de las experiencias que adquiere con las personas que le rodean y de los mensajes que le comunican respecto a su persona y a su valor como tal; es por ello que la familia se constituye en uno de los núcleos fundamentales para el desarrollo de su autoestima.
A medida que crece y madura, desarrolla un concepto de sí mismo que, preciso o impreciso, es un poderoso determinante interno de su personalidad, de su conducta habitual. Este sí mismo que el niño percibe, consiste en un reconocimiento como persona, como individuo con un sistema de ideas, actitudes y valores.
El sentido de sí mismo crece en forma lenta. Se trata de un proceso complejo en que interactúan continuamente un gran número de factores, entre los que menciona Andrade.

FORMACIÓN DE LA AUTOESTIMA:
Respecto  a  la  formación  de  la  autoestima.  Wilber  (1995),  refiere  que  el             concepto  del  yo  y  de  la  autoestima,  se  desarrollan  gradualmente  durante  toda                  la vida, empezando en la infancia y pasando por diversas etapas de progresiva complejidad. Cada etapa aporta impresiones, sentimientos, e incluso, complicados razonamientos sobre el Yo. El resultado es un sentimiento generalizado de valía o de incapacidad.
Para desarrollar la  autoestima en todos los niveles  de la actividad, se necesita tener una actitud de confianza frente a sí mismo y actuar con seguridad frente a terceros, ser abiertos y flexible, valorar a los demás y aceptarlos como son; ser capaz de ser autónomo en sus decisiones, tener comunicación clara y directa, tener una actitud empática, es decir, capaz de conectarse con las necesidades de sus congéneres, asumir actitudes de compromiso, ser optimista en sus actividades.
Explica el autor que, la autoestima se construye diariamente con el espíritu alerta y la interacción con las personas que rodean al individuo, con las que trata o tiene que dirigir. La autoestima es muy útil para enfrentar la vida con seguridad y confianza.
Un aspecto central para el desarrollo de  la autoestima, es el conocimiento de sí mismo. Cuanto más se conoce el individuo, es más posible querer y aceptar los valores. Si bien las metas son básicas para darle un sentido a la vida, ellas tienen costos en esfuerzo, fatiga, desgaste, frustración, pero también en maduración, logros y satisfacción personal.
Por su parte, Coopersmith (1996), señala que el proceso de formación de la autoestima se inicia a los seis meses del nacimiento, cuando el individuo comienza a distinguir su cuerpo como  un todo absoluto diferente del ambiente que lo rodea.
Explica que en este momento se comienza a elaborar el concepto de objeto, iniciando su concepto de sí mismo, a través de las experiencias y exploraciones de su cuerpo, del ambiente que le rodea y de las personas que están cerca de él.
Explica el autor que las experiencias continúan, y en este proceso de aprendizaje, el individuo consolida su propio concepto, distingue su nombre de los restantes y reacciona ante él. Entre los tres y cinco años, el individuo se torna egocéntrico, puesto que piensa que el mundo gira en torno a  él y sus necesidades, lo que implica el desarrollo del concepto de posesión, relacionado con la autoestima.
En la edad de seis años, explica Coopersmith (1996), se inician las experiencias escolares y la interacción con otros individuos o grupos de pares, desarrolla la necesidad de compartir para adaptarse al medio ambiente, el cual es de suma importancia para el desarrollo de la apreciación de sí mismo a partir de los criterios que elaboran los individuos que le rodean. A los ocho y nueve años, ya el individuo tiene establece su propio nivel de auto apreciación y lo conserva relativamente estable en el tiempo.
Agrega Coopersmith (1996), que la primera infancia inicia y consolida las habilidades de socialización, ampliamente  ligadas al desarrollo de la autoestima; puesto que muestra las oportunidades de comunicarse con otras personas de manera directa y continua. Por tanto, si el ambiente que rodea al individuo es un mundo de paz y aceptación, seguramente el individuo conseguirá seguridad, integración y armonía interior, lo cual constituirá la base del desarrollo de la autoestima.
McKay y Fanning (1999), señalan que el  punto de partida  para que un niño disfrute de la vida, inicie y mantenga relaciones positivas con los demás, sea autónomo y capaz de aprender, se encuentra en la valía personal de sí mismo o autoestima. La comprensión que el individuo logra de sí mismo –por ejemplo, de que es sociable, eficiente y flexible–, está en asociación con una o más emociones respecto de tales atributos.
A partir de una determinada edad (3 a  5 años), el niño recibe opiniones, apreciaciones y, –por qué no decirlo–, críticas, a veces destructivas o infundadas, acerca de su persona o de sus actuaciones. Su primer bosquejo de quién es él proviene, entonces, desde afuera, de la realidad intersubjetiva. No obstante, durante la infancia, los niños no pueden hacer la distinción de objetividad y subjetividad. Todo lo que oyen acerca de sí mismos y del mundo  constituye realidad única. El juicio “este chico siempre ha sido enfermizo y torpe”, llega en forma definitiva, como una verdad irrefutable, más que como una apreciación rebatible.
McKay y Fanning (1999), agregan que la conformación de la autoestima se inicia con estos primeros esbozos que el niño recibe, principalmente, de las figuras de apego, las más significativas a su temprana edad. La opinión “niño maleducado” si es dicha por los padres en forma recurrente, indiscriminada y se acompaña de gestos que enfatizan la descalificación, tendrá una profunda resonancia en la identidad del pequeño.
Por otro lado Coopersmith afirma que la autoestima comienza a desarrollarse confusamente en la infancia, cuando el niño se reconoce a sí mismo, como una criatura separada de un ambiente; continúa en la niñez temprana cuando  interactúa, con éxito o sin él, en un ambiente social y escolar y evoluciona durante el resto de su vida ajustándose suavemente a las nuevas experiencias. Por eso las experiencias vividas durante la infancia y la calidad de estas, juegan un papel predominante en el establecimiento de la autoestima que no es innata si no que se adquiere como resultado de las experiencias acumuladas a lo largo de la vida. Es el fruto de una larga y permanente secuencia de acciones e interacciones con el medio físico y social a través no de un aprendizaje no intencional, producido en contextos informales. El sentido del yo también posee un aspecto social: los niños incorporan en su imagen personal, a la comprensión cada vez mayor que tienen de cómo los perciben los demás.
Continua afirmando el autor que el niño muestra un enorme deseo de explorar su medio, clara expresión del desarrollo del yo que explica el oposicionismo y negativismo propio de esta edad. Posteriormente desde el momento en que identifica las características que considera importantes en sí mismo para describirse, el niño empieza a autodefinirse. Esto ocurre aproximadamente a los tres años de edad,  cuando se juzga a partir de elementos relacionados con su corporalidad, tales como su cabello, su peinado, el color de su ropa o las actividades que realiza.

LA AUTOESTIMA COMPRENDE DOS ELEMENTOS

AUTOIMAGEN:
Es el componente cognoscitivo, es la estructura mental que contiene imágenes de lo que las personas deseamos ser y de lo que manifestamos y deseamos manifestar a los demás.
La autoimagen es un cuadro mental relativamente temporáneo que cada persona se forma de sí mismo y que varía en distintas situaciones sociales. La sucesión de imágenes de sí mismo sirven para revisar y corregir, si bien no suplantar, al concepto de sí mismo. (Vander Zanden, 1991).

AUTOCONCEPTO
La autoestima es la parte,  evaluativa del auto concepto, el juicio que los niños hacen de su valía general. En este sentido se plantea el auto concepto como “la imagen que tenemos de nosotros mismos. Es lo que creemos que somos la imagen total de nuestras capacidades y rasgos. Es una construcción cognoscitiva, un sistema de representaciones descriptivas y evaluativas sobre el yo, que determina cómo nos sentimos con nuestra persona y que orienta nuestras acciones.
Tamayo define el auto concepto como un “proceso psicológico cuyos contenidos y dinamismos son determinados socialmente; comprende el conjunto de percepciones, sentimientos, imágenes auto atribuciones y juicios de valor referentes a uno mismo. Esta definición demuestra la manera tan estrecha que están ligados los términos de auto concepto y autoestima ya que ésta, al ser la parte evaluativa del auto concepto, resulta inseparable del mismo. Por lo tanto, hablar de autoestima  necesariamente hace referencia al auto concepto que se relaciona en sustancia con el aspecto descriptivo de la persona.
El desarrollo de la autoestima ocurre a través de la interacción valorativa de otras personas. La mayoría de los teóricos consideran el auto concepto y la autoestima como fenómenos eminentemente sociales. Los niños se evalúan a sí mismos comparando su yo “ideal”, y con las expectativas y estándares de las personas significativas que les rodean (padres, maestros y pares). En la infancia los padres son quienes mantienen las interacciones más frecuentemente e intensas con los niños, y desempeñan por lo mismo un papel clave tanto en la socialización como en la individuación.
La evaluación que los niños hacen de sí mismos y de sus competencias, es un aspecto sumamente importante del yo que puede influir en todos los aspectos de su conducta y su bienestar psicológico. Por tanto el término auto concepto remite a las auto descripciones abstractas. Estas auto descripciones pueden además, diferenciarse de la autoestima, puesto que no implican necesariamente juicios de valor. Sin embargo el termino autoestima sí incluye necesariamente una valoración y expresa el concepto que uno tiene de sí mismo según unas cualidades subjetívales y valorativas.
El sujeto se valora así mismo según unas cualidades que provienen de su experiencia y que son consideradas como positivas o negativas. Así el concepto de autoestima se presenta como “la conclusión final de este proceso de autoevaluación y se define como la satisfacción personal del individuo consigo mismo, la eficacia de su propio funcionamiento y una actitud evaluativa de aprobación”
El auto concepto hace referencia a la imagen que el individuo tiene sobre sí mismo, una imagen que impregna su funcionamiento individual y su comportamiento social. 
Es la imagen que el niño tiene de sí mismo, quién cree que es, qué capacidades o limitaciones considera que tiene… Este auto concepto determinará su autoestima y la manera en la que el niño actúa y se relaciona con los demás.
El auto concepto del niño se va formando desde sus primeros años. El niño va a aprendiendo a comprender el mundo, a relacionarse, a esperar premios o castigos a sus acciones… Estos aprendizajes le marcarán durante el resto de su vida.
El auto concepto es uno de los más importantes resultados del proceso socializador y educativo. Proporciona pautas para interpretar la experiencia; es el marco de referencia sobre la base del cual se organizan todas las experiencias. El significado y valor de la realidad dependen, en gran parte, de cómo el niño se ve a sí mismo; según el concepto que de sí mismo tenga el niño interpretará la realidad. Es necesario tener un auto concepto positivo para una conveniente adaptación del sujeto, para la felicidad personal y para un funcionamiento eficaz.
El auto concepto no es innato; se construye y define a lo largo del desarrollo por la influencia de las personas significativas del medio familiar, escolar y social, y como consecuencia de las propias experiencias de éxito y fracaso. En otras palabras, desde los primeros años de su vida, el ser humano va formando el concepto de sí mismo a partir de sus propias experiencias y de las valoraciones que recibe de las personas importantes de su medio social, como son los padres, profesores y compañeros.
El niño adquiere las actitudes hacia sí mismo por medio de un proceso de “imitación”, por el que incorpora a sus propios esquemas las conductas y actitudes de las personas significativas. El niño, al identificarse con las personas que le son significativas, imita y hace suyas las características de éstas; va formando un concepto de sí mismo similar al de las personas que le rodean y que trata de imitar.

Al analizar la autoestima y su importancia para el individuo, McKay y Fanning (1999), exponen que el auto concepto y la autoestima juega un importante papel en la vida de las personas. Tener un auto concepto y una autoestima positivos es de la mayor importancia para la vida personal, profesional y social. El auto concepto favorece el sentido de la propia identidad, constituye un marco de referencia desde el que interpreta la realidad externa y las propias experiencias, influye en el rendimiento, condiciona las expectativas y  la motivación y contribuye a la salud y equilibrio psíquicos.
Por lo tanto, la autoestima es la clave del éxito o del fracaso para comprendernos y comprender a los demás y es requisito fundamental para una vida plena. La autoestima es la reputación que se tiene de sí mismo. Tiene dos componentes: sentimientos de capacidad personal y sentimientos de valía personal. En otras palabras, la autoestima es la suma de la confianza y el respeto por uno mismo. Es un reflejo del juicio que cada uno hace de su habilidad para enfrentar los desafíos de la vida (comprender y superar problemas) y de su derecho de ser feliz (respetar y defender sus intereses y necesidades). Es sentirse apto, capaz y valioso para resolver los problemas cotidianos.
 NIVELES DE LA AUTOESTIMA:
Características:
Nuestro nivel de autoestima puede ser alto o bajo, y consecuentemente cada uno incidirá en nuestra calidad de vida.
BAJA AUTOESTIMA: La baja autoestima impide o dificulta el actuar armónica y coherentemente, el ser consiente de nuestras posibilidades y necesidades reales, la confianza en nosotros mismos y la integración de nuestro ser, sentir y hacer.
La baja autoestima puede en un momento afectar la capacidad que tenemos para pensar, sentir o actuar en forma positiva.

ELEVADA O ALTA AUTOESTIMA: Una persona con elevada autoestima actúa de manera independiente, autónoma, se dirige a sí misma y toma decisiones libremente en relación consigo misma, con sus objetivos y metas. Estas decisiones están basadas en el conocimiento que posee sus habilidades, de lo que desea hacer, de cómo lo quiere ejecutar y de cuando lo prefiere llevar a cabo, también, en el auto aceptación que tiene de sí misma.
La autoestima alta produce en la persona satisfacción, felicidad y placer, pero sin embargo la mejora de la autoestima a menudo y transitoriamente, puede causar dolor o sufrimiento.


NECESIDADES DE LOS NIÑOS EN RELACION A LA AUTOESTIMA:
Sassois (1982)  afirma: “Los niños tienen necesidades fisiológicas en cuanto que necesitan limpieza, alimentación, sueño, seguridad y confort”.

Necesidad de autonomía:
Perdida de dependencia respecto del adulto tanto en lo material, como en cierta medida, en los comportamientos y formas de pensar, elección de actividades y del material.

Necesidad de expresión y de comunicación:
Intercambios, juegos de lenguaje, canciones con movimiento, cantos, cuentos, juegos auditivos, codificación y descodificación (descubrimiento del lenguaje escrito) y talleres en los que los niños se encuentran en situación de comunicarse para jugar y crear juntos.
Necesidad de descubrir:
Se desarrolla a través de talleres para que descubran todas las cosas que se plantea su curiosidad.

Necesidad de conocer y de situarse en el espacio y el tiempo:
Taller de disfraces, taller de matemáticas, juegos  y actividades notorias, relatos, cuentos para que organicen el tiempo.

Necesidad de creación:
Actividades creativas, juegos dramáticos, dibujos libres, pintura.

Necesidad de imaginación:
Cuentos, canciones, poesías, dibujos libres, rincones de juego.
Como se ve, la expresión artística tiene su asiento en las necesidades más sentidas del  niño, ya que es allí donde la fantasía, la creatividad y la imaginación encuentran campo fecundo para su realización.

Según Jorge Barudy las necesidades de desarrollo psicosocial, pueden ser presentadas por grupos: afectivas, cognitivas, sociales y éticas.
Entre las necesidades de tipo afectivas, encontramos la necesidad de vinculación, primero a sus padres o cuidadores, luego a su grupo familiar, y si estos lazos se forman sanos y seguros, el niño no tendrá mayores problemas para vincularse con otras personas, redes y en general la sociedad (Barudy y Datagnan, 2005). Otra necesidad de tipo afectiva según Barudy y Datagnan, es la de aceptación, la cual se refuerza con la recepción por parte del niño de mensajes positivos, seguros y benevolentes de su entorno. Una atmósfera de aceptación es un elemento esencial para el desarrollo de la autoestima infantil. Una tercera necesidad de tipo afectiva, corresponde a la necesidad que tienen los niños para sentirse importantes y queridos por al menos un adulto a lo largo de todo su recorrido existencial (Barudy y Datagnan, 2005), a quien debe lealtad y fidelidad, y es tarea del adulto potenciar esa relación, animando y queriendo, y sobre todo, no haciendo mal uso –abuso- de la confianza que el niño deposita en él. En este sentido, el rol fundamental de los padres consiste en graduar las exigencias de manera que estas respondan al nivel de desarrollo del niño, con lo cual será altamente probable que tenga éxito al enfrentarlas (Milicic y López de Lérida: 2009).
Las necesidades de tipo cognitivo, se orientan a la presencia de un ambiente que permita al niño comprender y dar sentido al mundo en el que vive. Esto lo logrará mediante el desarrollo de sus sentidos, de su percepción, de la memoria, de su atención, la capacidad de comunicarse verbalmente y de pensar (Barudy y Marquebreucq, 2006). Los adultos deben aportar en la estimulación de los niños y en la entrega de la información necesaria para que pueda comprender y dar sentido a las cosas.
Las necesidades sociales, son aquellas que ayudan al niño a integrarse a la sociedad, para ello es importante que el niño conozca ciertas reglas sociales que aseguren el respeto a los otros y el desarrollo de sus habilidades (Barudy y Marquebreucq, 2006). Para Milicic y López de Lérida, la base del respeto hacia sí mismo está dada por una familia que en el contenido y en la forma en que se establecen las relaciones, se manifiesta con una actitud respetuosa y valorativa.
Por último, se encuentran las necesidades éticas que se relacionan a los valores y creencias que les son inculcados a los niños. Es imperativo que estas sean legítimas y universales, de manera que garanticen el respeto, la justicia, la solidaridad, el altruismo y la cooperación con otros.



COMPONENTES DE LA AUTOESTIMA
COMPONENTES
COGNOSCITIVOS
COMPONENTES
EMOCIONAL/ EVALUATIVO
COMPONENTES CONDUCTUAL
Conocimientos
Opiniones
Creencias
Percepciones
Sentimiento Emociones Evaluaciones
Aceptación
Rechazo
Conductas Dirigidas
hacia el objeto
Auto-conocimiento
Auto-concepto
Auto-comprensión
Auto-imagen
Auto-aprecio
Auto-evaluación
Auto-valoración
Auto-aceptación
Auto-dirección
Autonomía Responsabilidad 

COMPONENTE COGNOSCITIVO

 Se denomina Auto-conocimiento, auto-concepto, Auto-comprensión, Auto-imagen y Auto-percepción. Se refiere a la representación mental que nos formamos de nosotros mismos, es decir, al conocimiento que tenemos de los rasgos de nuestra personalidad, de lo que queremos, buscamos, deseamos y hacemos.

Las representaciones mentales (sensaciones percepciones, pensamientos, conceptos, juicios, razonamientos y opiniones) que las personas se hacen de si mismo pueden ser claras o vagas. Este último caso, los sentimientos que asociaran a dichas representaciones tendrán, con toda seguridad, las mismas cualidades que las representaciones que les sirven de soporte y las conductas derivadas no serán congruentes ni persistentes.
El primer paso para mejorar nuestra autoestima es conocernos mejor. Esto tiene mucho que ver con el  "Cómo nos vemos" y "Cómo nos gustaría ser".

COMPONENTE EFECTIVO EMOCIONAL Y EVALUATIVO DE LA AUTOESTIMA

Se denomina auto aprecio, autoevaluación, y autovaloración. Se refiere al proceso de evaluarnos, apreciarnos o valorarnos a nosotros mismos y a lo que sentimos al respecto. Y ello lo hacemos dentro de uno continuos con dos extremos opuestos: bueno y malo, justo e injusto, aceptable y rechazable, agradable y desagradable, entre otros. 
La forma en que nos evaluamos y los sentimientos que ello nos produce tiene mucho que ver con nuestra historia personal, básicamente con nuestras experiencias infantiles, es decir, con un periodo de la vida en el que éramos indefensos y especialmente maleables. Padre, madre, maestro, maestro o cualquier otra persona adulta y significativa para nosotros, o todas juntas, nos programaron positiva o negativamente.
El segundo paso para mejorar nuestra autoestima es evaluarnos, justamente y aceptarnos tal como somos. Podemos hacer un esfuerzo y desprendernos de las apreciaciones que hicieron de nosotros los demás, independientemente de quien sea. Estamos en condiciones de independizarnos y ser autónomos en nuestra propia valoración.
Los niños y las niñas son capaces de otorgarle un sentido a la vida. Todo aquello que tiene que ver con la clasificación de sus criterios y de vivir de acuerdo con ellos.
El maestro y la maestra debe tomar en cuenta al niño y la niña cuando ellos participen, aportan ideas y experiencias vividas.

DIMENSIÓN DE LA AUTOESTIMA

Hablamos de dos dimensiones: concepto propio y valoración ajena 

La idea que tenemos acerca de quiénes somos o cual va a ser nuestra identidad, la fabricamos mediante la conducta que desarrollamos.
Cualquier comportamiento, hasta el más anodino y trivial, nos induce a efectuar una valoración subjetiva, la hacemos nosotros, los protagonistas. Esta valoración podemos hacerla conscientemente o inconsciente, casi sin darnos cuenta. Sobre ella, va a incidir la valoración que también hacen los demás, que han sido observadores o receptores de los efectos y consecuencias de nuestra acción.

Así pues, acumulamos dos tipos de valoración: la propia y la ajena.

Ambas son subjetivas y, por tanto, relativas; pero las dos son necesarias e importantes.

La valoración ajena es tan subjetiva como la que podemos hacer nosotros/as mismos/as sobre la acción de la que somos protagonistas.

Muchas veces, los observadores son jueces más benévolos que nosotros y, en otros momentos, sus juicios están sesgados y son deformes.
Hemos de tener cuidado y no dar por buena cualquier valoración ajena; pero, en cualquier caso, muchas valoraciones sirven para contrastar las propias y algunas son aceptables.
 CARACTERÍSTICAS DE LOS NIVELES DE LA AUTOESTIMA
AUTOESTIMA ALTA
AUTOESTIMA BAJA

* Usa su intuición y percepción.              
* Es libre, nadie lo amenaza, ni amenaza a los demás.
*Dirige su vida a donde cree conveniente desarrollando habilidades que hagan posible esto.
* Es consciente de su constante cambio, adapta y acepta nuevos valores y rectifica.
* Aprende y se actualiza para satisfacer las necesidades del presente.
*Se relaciona con se sexo opuesto en forma sincera y duradera.
* Ejecuta su trabajo con satisfacción, lo hace bien y aprende a mejorar.
*Se aprecia y se respeta y así a los demás.
* Se percibe como único y diferente.
* Conoce, respeta y expresa sus sentimientos y permite que lo hagan los demás.
* Toma sus propias decisiones y goza de el con éxito.
* Acepta que comete errores y aprende de ellos.
* Asume sus responsabilidades y eso le hace crecer y sentirse pleno.
* Tiene capacidad de Autoevaluarse y no tiende a emitir juicios de otros.
* Controla y maneja sus instintos, tienen fe en que los otros lo hagan.

* Usa sus prejuicios.
* Se siente acorralado, amenazado, se defiende constantemente y amenaza a los demás.
* Dirige su vida siguiendo a otros, sintiéndose frustrado, enojado y agresivo.
* Inconsciente del cambio, es dirigido en sus valores y se empeña en permanecer estático.
* Se estanca, no acepta la evolución, no ve necesidades, no aprende.
* Tiene problema para relacionarse. Si lo hace, es en forma posesiva, destructiva y superficial.
* Ejecuta su trabajo con insatisfacción, no lo hace bien ni aprende a mejorar.
* Se desprecia de si mismo y de los demás.
* Se percibe como copia de los demás y no acepta que los otros sean diferentes.
* No conoce sus sentimientos, los reprime,
o deforma. No los acepta en los otros.
* No toma decisiones, acepta las de los demás, culpándolos si algo sale mal.
* No acepta que comete errores, o se culpa y no aprende de ellos.
* Diluye sus responsabilidades, no enfrenta su crecimiento y vive una vida mediocre.
* No se autoevalúa, necesita de la aprobación de otros, se la pasa emitiendo juicios de otros.
*Se deja llevar por su instinto, su control está en manos de los demás.



¿POR QUÉ SU PRESENCIA O AUSENCIA MARCA UNA DIFERENCIA TAN ENORME EN LA VIDA DE LAS PERSONAS?
La Autoestima legítima es lo que uno piensa de sí mismo en privado, y no el poder presentar una buena fachada o acumular riqueza y status. Ese sentimiento, el del nivel de nuestra propia estimación, es una de las estructuras de actitudes más fundamental de todo el sistema de nuestra realidad. Un nivel elevado de la propia estimación es un común denominador casi universal de la excelencia, un mecanismo liberador que permite que nuestro potencial fluya fácil y libremente.
El no tener una autoestima positiva impide nuestro crecimiento psicológico. Cuando se posee, actúa como sistema inmunológico de la conciencia, dándole resistencia, fortaleza y capacidad de regeneración. Si es baja, disminuye nuestra resistencia frente a las adversidades de la vida. Nos derrumbamos ante vicisitudes que un sentido más positivo del uno mismo podría vencer.
La autoestima es una emoción relacionada con sí mismo y con la práctica  social.
Desde aproximadamente los dos años, los niños y las niñas son sensibles por un lado a  sus propios éxitos y fracasos y por el otro, al reconocimiento o la reconvención de los  demás. Vale la pena aclarar que lo primero, está relacionado con la conciencia que se  tiene sobre si se es o no capaz de hacer algo y lo segundo estaría articulado a la respuesta al elogio o reprensión que las propias acciones reciben por parte de los adultos significativos. Lo anterior tiene que ver muy seguramente con el hecho de que hacia el segundo y tercer año los niños y niñas comienzan  a interesarse por el estado de ánimo de los otros y logran en momentos sentir empatía y compartirlos. Es también durante estos años que emergen las emociones de culpa, vergüenza, vanidad, introducidas por el surgimiento y la conciencia del yo, en el que se descubre la satisfacción  por lo que se ha hecho bien, la vergüenza ante los fracasos y la culpa ante situaciones que reconocen no son aceptables.
Según Paniagua y Palacios (2008) hay una gama de autoestimas parciales por decirlo de algún modo, y ellas están referidas a ámbitos específicos de conducta: Autoestima física (destrezas motrices, habilidades en los juegos, rasgos físicos).
Autoestima académica (rendimiento y reconocimiento, respecto a las actividades y tareas escolares)
Autoestima relativa a las relaciones sociales (aceptación por parte de los demás).
Autoestima relativa a las relaciones con adultos significativos (padres, educadores).
No obstante, las autoestimas parciales van configurándose en los años de la Educación Inicial y como se dijo anteriormente lo van haciendo sobre la base, de sus propias acciones y de las comparaciones sociales, en las que se destacan las apreciaciones de los pares y especialmente las de padres y educadores.
Con relación a los maestros y maestras y agentes educativos, hay que tener en cuenta los criterios que se usan para la valoración de los niños y las niñas y las sugerencias y comentarios que de cada uno se hace frente a los otros. Así entonces la valoración de cada niño o niña debe hacerse, sobre todo, en relación con sus propias capacidades y sus procesos personales. Asimismo es importante conversar con los niños y las niñas sobre las emociones propias y las de los demás, sobre sus causas y consecuencias, puesto que ello contribuye a la comprensión y a la posterior expresión y control emocional.

LA AUTOESTIMA EN LA INFANCIA

El afecto, el cariño y la aceptación expresados hacia los niños pueden ser considerados una guía de la autoestima, y tienen gran influencia en la forma en que el niño se relaciona con los demás, pues los padres, maestros y cuidadores actúan como un espejo donde el pequeño puede “ver” la manera en que es percibido por los otros.

La autoestima es la forma en que las personas se sienten con respecto a sí mismas y cómo se valoran, con determinados aspectos buenos y otros mejorables, y la sensación gratificante de quererse y aceptarse como son por ellos mismos.
Es importante tener en cuenta que durante la infancia los niños son más vulnerables y flexibles, que la autoestima se aprende, cambia y se puede mejorar a través de la estimulación desde el nacimiento. Además, es fundamental la manera en que el pequeño se valora a sí mismo para el desarrollo de la autonomía y los aprendizajes del niño. Todo lo que se consigue en el periodo de la infancia puede marcar su conducta y su postura hacia la vida, en la edad adulta.



Una buena autoestima tiene efectos positivos como la confianza, la autonomía, el ánimo, el interés y el placer de aprender y de realizar sus sueños; por el contrario, un niño que no se siente amado y valorado, puede desarrollar el miedo de ser abandonado, inseguridad y dependencia.

AUTOESTIMA Y ESCUELA
Normalmente el niño de poca autoestima suele encontrar pocas satisfacciones en la escuela; rápidamente pierde la motivación y el interés y, en cambio, emplea buena parte de sus energías en aquellos aspectos que se relacionan con los sentimientos hacia sí mismo (temores, ansiedades, problemas, relaciones con los demás, etc.).
Con mucha frecuencia, las experiencias capaces de reforzar la autoestima están relacionadas con la escuela y por ello, producen ansiedad con la que el niño lucha continuamente. De esta forma, entra en un círculo vicioso  del que cada vez le resulta más difícil salir. La autoestima, al margen de su importancia general en el comportamiento escolar, marca todas las manifestaciones de la personalidad, como por ejemplo: el control emocional, la creatividad, las relaciones personales, etc.; siendo patrones de gran influencia la propia autoestima de sus referentes próximos: padres y maestros, que se proyectan a quienes están a su alrededor.
Parte del nivel de autoestima del escolar viene dado por las aprobaciones o reprobaciones de sus logros escolares dadas por sus otros significativos, especialmente los padres y profesores. Cuanto mejores calificaciones y más premios obtengan, mayores aprobaciones y consecuentemente, mayor nivel de autoestima tendrán.
Todo niño que crece necesita percibir su propia valía y sus capacidades en pleno desarrollo, necesita reconocimiento y aliento. Los padres y maestros que lo rodean deben comprender esta necesidad de reconocimiento y configurar los acontecimientos de manera que el niño tenga experiencias lo suficientemente exitosas como para garantizarle una sensación de seguridad y autoestima.
La escuela por su parte, brinda incontables oportunidades para ayudar al niño a conocerse a sí mismo, a que descubra sus aptitudes y capacidades, a enfrentar sus dificultades interiores y a advertir sus limitaciones; cuanto hace el maestro afecta fuertemente las actitudes del alumno en relación a su valor como persona, toda vez que su vida en la escuela está intensamente teñida de aprobaciones y reprobaciones, orgullo y vergüenza, aceptación y rechazo, éxito y fracaso. Cada niño, de una manera consciente o inconsciente, se valora a sí mismo según su agilidad para ejecutar ciertos aspectos del trabajo escolar. Esta condición, que se atribuye así mismo ejerce una fuerte influencia sobre su esfuerzo para aprender, por asumir responsabilidades y por relacionarse satisfactoriamente con sus compañeros.
En un ambiente de seguridad, se siente libre para hacer preguntas, para explorar y para cometer errores. Como resultado estará más capacitado para adquirir un conocimiento profundo de sí mismo y para sacar conclusiones válidas. Se sentirá libre para percibir información acerca de su  comportamiento sin estar a la defensiva. Cuando el alumno siente que no existe amenaza alguna en este clima de aceptación y apoyo, encontrará más fácil descubrirse a sí mismo y se aceptará sin mayores prevenciones. Por otra parte, el desaliento continuo, el ridículo o la sensación de fracaso infundirán en el educando sentimiento de insuficiencia que teñirá su auto concepto general. 



AUTOESTIMA Y PEDAGOGÍA:
Para el desarrollo de una buena autoestima en el aula es importante que los niños y las niñas  tengan cuatro condiciones que se describen a continuación: (según Reynold Bean 1996)
Vinculación: Consecuencia de la satisfacción que obtienen el niño y la niña al establecer vínculos que son importantes para él o ella y que los demás reconocen como significativos.
Es primordial que se les dé la oportunidad de experimentar y expresar sus sentimientos con todos los que le rodean. El maestro y la maestra deben fortalecer más este elemento a través de diferentes actividades que contribuyan al desarrollo de los niños y las niñas a sentirse en un medio satisfactorio.
Singularidad: Resultado del conocimiento y respeto que el niño y la niña siente por las cualidades, los atributos que le hacen especial o diferente, confirmado por el respeto y la aprobación que recibe de los demás por esas cualidades.
Cada niño y niña tiene diferencias individuales las cuales les permite ser queridos y valorados por ser como son.
El maestro y la maestra deben contribuir aún más en el desarrollo de todas esas virtudes y cualidades que cada uno de ellos posee, incentivándolo a realizar o hacerlas cada vez mejor.
Poder: consecuencia de que el niño y la niña disponga de los medios, de las oportunidades y la capacidad de modificar las circunstancias de su vida significativa.
Todos se sienten muy satisfechos al poder desarrollar todas las destrezas y habilidades que poseen con el objeto de distinguir su vida en forma exitosa.
Es necesario que el maestro y la maestra busquen la manera de satisfacer ciertas necesidades de ellos, dándole la oportunidad de elegir, aceptar, equivocarse ya que de los errores se aprende mucho. Además debe proporcionarles estimulo necesario para asumir responsabilidades, tomar decisiones en los asuntos escolares y ser capaces de controlar sus reacciones.

Pautas: las habilidades del niño y la niña para referirse a los ejemplos humanos, filosóficos y prácticos adecuados que le sirvan para establecer su escala de valores, sus objetivos ideales y exigencias personales.
Los niños y las niñas son capaces de otorgarle un sentido a la vida. Todo aquello que tiene que ver con la clasificación de sus criterios y de vivir de acuerdo con ellos.
El maestro y la maestra debe tomar en cuenta al niño y la niña cuando ellos participen, aportan ideas y experiencias vividas.
 Desde este planteamiento se hace referencia al siguiente concepto: 

SOBRE PEDAGOGÍA ACTIVA:

ANTECEDENTES DE LA PEDAGOGÍA ACTIVA



La pedagogía activa constituye un conjunto de movimientos dirigidos a perfeccionar y dar más vida a la educación existente. John Dewey es uno de los más destacados representantes de este tipo de educación. A pesar de ser una realidad o un producto del siglo XX, esta educación tiene sus antecedentes históricos, entre los que pueden citarse, como los más lejanos, al Renacimiento y al Humanismo de los siglos XV y XVI, que presentan un movimiento innovador de la educación, en oposición a la educación de la Edad Media. El movimiento Humanista se caracteriza por el sentido de libertad, crítica, investigación, individualidad y razonamiento, Jean-Jacques Rousseau es el verdadero precursor de la escuela o pedagogía activa, siendo también Pestalozzi uno de sus más destacados representantes. Froebel, como continuador de Pestalozzi, es otro gran precursor de esta educación. Más tarde aparecen otros representantes, entre ellos Tomás Arnoldt, Horacio Mann, Sarmiento y otros como: Rebeláis, Erasmo de Rotterdam, Juan Luis Vives y Juan Jacobo Rousseau. Mientras que se consolida con el desarrollo de la pedagogía moderna a través de Decroly, Montessori, Dewey, Claparède, Seguín, Itard, Cousinet, Lobrot, Ferrière, Froebel y Freinet.

¿QUÉ ES LA PEDAGOGÍA ACTIVA?

PEDAGOGÍA ACTIVA

La escuela activa se fundamenta en la libertad y en el trabajo de acuerdo con los principios de Celestin Freinet.
La educación activa es un proceso que propicia en cada niño el desarrollo de sus capacidades personales al máximo, para integrarse a la sociedad y aportar lo valioso de su individualidad para transformarla.
En este concepto están comprendidos dos aspectos: el de la información o instrucción académica y el de la formación de hábitos y actitudes con base en una escala de valores.
La escuela activa es la escuela de la acción, del trabajo de los alumnos guiados por el  maestro, son ellos quienes investigan y procesan la información, responsabilizándose conjuntamente en el proceso de enseñanza – aprendizaje.


OBJETIVOS DE LA PEDAGOGÍA ACTIVA:
  • Resaltar la enseñanza activa objetiva
  • Despertar el interés del estudiante mediante métodos activos.

ASPECTOS POSITIVOS Y NEGATIVOS DE LA PEDAGOGIA ACTIVA

A - ASPECTOS POSITIVOS

-La utilización de métodos activos y técnicos grupales.

-Vinculación de la enseñanza con la vida, con la práctica
-La variedad en la utilización de estilos de enseñanza
-El énfasis de los aspectos motivaciones de la enseñanza


B- APECTOS NEGATIVOS




-La necesidad de un personal altamente calificado
-Problemas con la orientación y control de las acciones
-Predominio de la espontaneidad, lo que en muchos casos ante la ausencia de la maestría -pedagógicas no garantiza el cumplimiento del objetivo.

según John Dewey ( 1994 ) las practicas pedagógicas deben tener presente que el niño aprende haciendo, (la importancia de la experiencia), el antiautoritarismo, la consideración de la educación como un hecho de naturaleza política, la importancia de la autonomía y democracia escolar, el papel de las actividades expresivas, constructivas y colaborativas, el papel del maestro como dinamizador del proceso educativo, etc.

PEDAGOGÍA ACTIVA Y AMBIENTES DE APRENDIZAJE:
En un  ambiente de aprendizaje el sujeto  actúa, usa sus capacidades, crea, participa activamente y utiliza herramientas para obtener  e interpretar información con el fin de construir su aprendizaje. (Gonzales y Flórez 1997).
Un ambiente de aprendizaje se define como un “lugar o “espacio” donde el proceso de adquisición del conocimiento ocurre.
Cuando se habla de Ambientes de Aprendizaje en el Aula, se hace referencia a imaginarios que se tienen alrededor de lo que ocurre al interior de las aulas de clase mostrando formas de hacer escuela, entender la educación, la sociedad y las relaciones que se establecen entre ellas (IDEP, 2004). El ambiente educativo no se limita a las condiciones materiales necesarias para la implementación del currículo, también debe proveer un ambiente para el aprendizaje significativo que flexibilice el espacio del aula y tenga en cuenta que dentro de éste se dan relaciones interpersonales que posibilitan la construcción del conocimiento.
La concepción de Ambiente de Aprendizaje Significativo, se instaura en las dinámicas que constituyen los procesos educativos y que involucran acciones, experiencias vivenciadas por cada uno de los participantes; actitudes, condiciones materiales y socio afectivas, múltiples relaciones con el entorno y la infraestructura necesaria para la concreción de los propósitos culturales que se hacen explícitos en toda propuesta educativa (Ordóñez, 2004).
Sin embargo, la concepción de ambiente de aprendizaje, específicamente al interior del aula, aun no es un concepto arraigado dentro del contexto escolar. Los docentes en su mayoría continúan trabajando bajo esquemas tradicionales de instrucción transmisioncita, en donde el entorno, las relaciones interpersonales, la distribución física del aula, el rol del maestro, el del aprendiz y otra serie de condiciones del ambiente, no son considerados como variables que intervienen en el proceso de aprendizaje, mucho menos para el desarrollo de la escucha, proceso que requiere de habilidades especificas, que pocas veces aparece planificado para ser enseñado de manera sistemática en la escuela (González y Marenco, 1999).
Actualmente la escucha es un tema que aunque poco explorado e invisible, ocupa la atención y preocupación de muchos docentes que ven afectado de forma negativa sus procesos de aprendizaje, debido a esta causa se ha podido identificar en el contexto escolar, que, a pesar de ser “El modelo constructivista” el que orienta el aprendizaje, el modelo de enseñanza tradicional permanece. No hay una conciencia clara acerca de la pertinencia de la creación de ambientes de aprendizaje de aula significativos que favorezcan el desarrollo de la escucha. En la dinámica de interacción de aula sólo se reclama en los estudiantes esta habilidad para asimilar el discurso del maestro sin indagar por sus procesos de comprensión. Además, los maestros acostumbrados a transmitir lo que ellos consideran “Porciones relevantes de conocimiento”, no suelen ejercitarse en la escucha para interactuar de modo asertivo con los estudiantes y favorecer sus procesos personales de comprensión en general y de comprensión de instrucciones en particular.
El proceso de aprendizaje se garantiza por la conjugación de varios elementos, unos, dependen del sujeto cognoscente; como variables internas cognitivas y actitudinales que le permiten disponer sus capacidades para aprender, y otros dependen, de variables externas que obedecen al contexto escolar, al maestro y a las dinámicas que se establezcan entre las diferentes áreas de conocimiento (Díaz y Hernández, 1999).
Estas variables externas, son pocas veces consideradas como elementos que afectan directamente el proceso de aprendizaje, el cual se ve reducido a la interacción de enseñanza jerarquizada docente – estudiante, en donde se espera que este último articule y alcance los aprendizajes necesarios establecidos para el grado. En este sentido la reflexión acerca del entorno de aprendizaje es escasa ya que no se tiene en cuenta su influencia en el proceso de aprendizaje, y cómo las características del ambiente favorecen el desempeño, tanto del estudiante, como del docente, al permitir mejorar la interacción mediada por el acto comunicativo.
El acto comunicativo como la interacción de oyentes y hablantes juega un papel fundamental en el aprendizaje, pero la escuela ha centrado su interés en los procesos de lectura y escritura (en el nivel de producción ) y discursivo, generando pocas estrategias para favorecer la escucha como factor primordial para la comprensión, lo cual se hace evidente cuando en los grupos de estudiantes se observan dificultades en el seguimiento de instrucciones, la toma de turnos, el mantenimiento de la atención y, en general, en procesos 11de interacción que requieran de la escucha. (Referentes de desempeño escolar, IPARM, 2008).
En términos generales, podemos afirmar con Vigostky que el aprendizaje ocurre naturalmente a través de la interacción social que requiere del uso constante de las habilidades de habla y escucha (Vigostky, 1978). Teniendo en cuenta que los niños aprenden el lenguaje y usan el lenguaje para aprender, es necesario que identifiquen y fortalezcan sus habilidades en el rol de oyentes y hablantes (Cuervo y Flórez, 2004).
Por lo tanto, el aprendizaje de la lengua surge de manera natural como un acto de comunicación significativo para expresar necesidades y comprender a los demás. Es fundamental generar espacios para que los niños hablen de cosas que necesitan comprender, pregunten y escuchen respuestas a fin de posibilitar verdaderos actos comunicativos (Goodman, 1995).
Estos espacios deberán ser entonces ambientes de aprendizaje donde se promuevan el diálogo y la interacción para favorecer el aprendizaje colaborativo; asimismo se debe buscar fomentar en los estudiantes y maestros la necesidad de orientar hacia propósitos claros y pertinentes el uso de la escucha en cuanto habilidad que favorece la comprensión interpersonal y la intelectual, necesarias para la formación del ser humano y el aprendizaje en todos los dominios del conocimiento.
De acuerdo con las características del aprendizaje significativo se pueden diseñar ambientes de aprendizaje constructivistas que promuevan, entre otros procesos, la reflexión, la colaboración, la contextualización, el establecimiento de propósitos y el diálogo permanente.
Con base en estas reflexiones surge este estudio, tanto desde la experiencia profesional como orientadora escolar y acompañante de los procesos pedagógicos y con vivenciales de una Institución de educación básica y media, donde se hizo necesario caracterizar los ambientes de aprendizaje del grado primero, mediante un diseño cualitativo de investigación que permita describirlos y observar los tipos escucha que predominan en los estudiantes del grado primero de esta institución. Con el fin de ofrecer posteriormente estos hallazgos como insumo de reflexión para integrar dentro del currículo las estrategias necesarias para el desarrollo de las habilidades de escucha, basados en la construcción de ambientes de aprendizaje de aula determinados para ello.


¿CÓMO AYUDAR A CONSTRUIR UNA BUENA AUTOESTIMA EN LOS NIÑOS? 

Se le puede motivar al niño para que colaborare en algunas actividades específicas, asignarle algunas responsabilidades de acuerdo a su edad y capacidades, que impliquen su participación e interacción con los demás, y así sentirse útil y capaz de hacer cosas que se valoran en casa; un ejemplo puede ser alcanzarle a mamá un objeto que está cerca del niño, tirar la basura, ayudar a tender la cama; después de hacerlo, siempre reconocer sus logros y agradecer su ayuda.



Es importante también darle la oportunidad al pequeño de que tome decisiones y resuelva algún problema para que aprenda de sus errores de una forma positiva, lo podemos motivar diciéndole “¡sé que puedes lograrlo!”.



También se le puede reforzar positivamente sus conductas, por ejemplo, cuando el niño recoja sus juguetes decirle con cariño y gusto “lo has hecho muy bien” o “gracias”.



Asimismo, se sugieren algunas frases positivas que harán sentir al niño satisfacción, amor, amistad, ganas de mejorar, confianza y que es capaz de hacer las cosas bien; frases como “has sido capaz de hacerlo”, “muy bien, sé que lo harás”, “me siento muy orgulloso de ti ”, “creo lo que me dices, sé que lo harás”, “te mereces lo mejor”, “si necesitas algo, pídemelo”, “te felicito por lo que has hecho”, “te quiero mucho”, “qué bonita sorpresa me has dado”, “sé que eres bueno”, “sabes que quiero lo mejor para ti”, etc.



Lo importante es que el niño se sienta querido y aceptado, pero cuidando con exagerar; la autoestima debe ser positiva, y no más allá de lo real; tan negativo puede ser no demostrarle aceptación y amor, como sobrevalorar sus logros. Por ejemplo, si una niña hace cualquier dibujo en casa, o pinta un libro, y exageramos diciendo “es el trabajo más hermoso”, puede ocasionar que, si la niña sabe que no fue su mejor trabajo, considere que mamá o papá no son sinceros, poniendo en riesgo su credibilidad, o desanimarla para que intente mejorar sus esfuerzos.



Otro aspecto importante es poner límites claros al niño, enseñándole a prever las consecuencias de su conducta, por ejemplo, diciéndole "si no recoges tus juguetes, no podrás usarlos después" y dejar de lado los insultos que no favorecen la autoestima del niño. En lugar de decirle "eres un desordenado, tienes tu recámara como un basurero", es mejor decir "no me gusta ver tu cuarto tan desordenado, me pone muy triste". Así se demostrará que lo que disgusta es el desorden del cuarto, no el niño.



Además, es recomendable no comparar al pequeño con otros niños, incluyendo a sus hermanos; tomar en serio sus deseos, temores, logros, animarle a emprender actividades, demostrarle apoyo y confianza, alabarlo cuando las cosas le salgan bien y también cuando haya intentado hacer las cosas aunque no le resulten.



Cada niño es único y tiene características particulares; si se quiere construir o mejorar la autoestima del niño, se debe considerar su temperamento, sus habilidades, debilidades, mecanismos de defensa, deseos y su nivel de conocimientos; pero más que nada, su necesidad y derecho de ser aceptado y amado; esta necesidad es como el tanque de la gasolina de un auto, que de manera constante debe ser vuelto a llenar; un niño para crecer sano, necesita recibir, también de manera constante, abrazos, besos, palabras cariñosas, de ánimo y aceptación.

ANTECEDENTES DE LA PEDAGOGÍA ACTIVA:  
Es indispensable primeramente analizar su origen en un contexto social y educativo para así visualizar su significación, utopías y realidades
Las “teorías de la educación” y el presupuesto de una determinada  concepción de hombre y de sociedad generan unas “teorías pedagógicas”, elaboradas con el concurso de teorías sociológicas, antropológicas que sitúan al hombre en una dimensión individual y social. Son las teorías pedagógicas las que se operacional izan a través de modelos pedagógicos configurados con el aporte de la psicología y la pedagogía.
Ante esto es necesario clarificar algunos términos involucrados en el devenir y estructuración de esta temática, en el que hacer educativo.
-Educación: 
-Cultura
-pedagogía
-Corrientes
Así entonces el estudio del modelo de pedagogía activa puede abordarse desde una perspectiva histórica, desde el pensamiento de sus autores y promotores, desde el devenir del pensamiento pedagógico en un sistema educativo dado, sin perder la profundidad ni la universalidad conceptual y de interpretación.
 ANTECEDENTES DE LA PEDAGOGÍA ACTIVA
La pedagogía activa constituye un conjunto de movimientos dirigidos a perfeccionar y dar más vida a la educación existente. John Dewey es uno de los más destacados representantes de este tipo de educación. A pesar de ser una realidad o un producto del siglo XX, esta educación tiene sus antecedentes históricos, entre los que pueden citarse, como los más lejanos, al Renacimiento y al Humanismo de los siglos XV y XVI, que presentan un movimiento innovador de la educación, en oposición a la educación de la Edad Media. El movimiento Humanista se caracteriza por el sentido de libertad, crítica, investigación, individualidad y razonamiento, Jean-Jacques Rousseau es el verdadero precursor de la escuela o pedagogía activa, siendo también Pestalozzi uno de sus más destacados representantes. Froebel, como continuador de Pestalozzi, es otro gran precursor de esta educación. Más tarde aparecen otros representantes, entre ellos Tomás Arnoldt, Horacio Mann, Sarmiento y otros como:
Rebeláis, Erasmo de Rotterdam, Juan Luis Vives y Juan Jacobo Rousseau. Mientras que se consolida con el desarrollo de la pedagogía moderna a través de Decroly, Montessori, Dewey, Claparède, Seguín, Itard, Cousinet, Lobrot, Ferrière, Froebel y Freinet.


¿QUÉ ES LA PEDAGOGÍA ACTIVA?
PEDAGOGÍA ACTIVA
La escuela activa se fundamenta en la libertad y en el trabajo de acuerdo con los principios de Celestin Freinet.
La educación activa es un proceso que propicia en cada niño el desarrollo de sus capacidades personales al máximo, para integrarse a la sociedad y aportar lo valioso de su individualidad para transformarla.
En este concepto están comprendidos dos aspectos: el de la información o instrucción académica y el de la formación de hábitos y actitudes con base en una escala de valores.
La escuela activa es la escuela de la acción, del trabajo de los alumnos guiados por el  maestro, son ellos quienes investigan y procesan la información, responsabilizándose conjuntamente en el proceso de enseñanza – aprendizaje.

OBJETIVOS DE LA PEDAGOGÍA ACTIVA:

  • Resaltar la enseñanza activa objetiva
  • Despertar el interés del estudiante mediante métodos activos.

Podemos caracterizar a la pedagogía activa desde tres puntos de vista:

* DEDE EL PUNTO DE VISTA PSICOLÓGICO, parte del impulso creador y constructor de los intereses y necesidades del estudiante (niño)
La pedagogía activa, como señala Francisco Larroyo (1986), da un nuevo sentido a la conducta activa el educando. Funda su doctrina en la acción (experiencia) actividad que surge del medio espontáneo o solo es sugerida por el maestro (autoactividad).
* DESDE EL PUNTO DE VISTA PEDAGOGICO, La pedagogía ha llegado a este concepto de la autoactividad. Cinco son los principales en que se funda la pedagogía de la acción: autoactividad, paidocentrismo, autoformación, actividad variada o múltiple y actividad espontánea y funcional.
 DESDE EL PUNTO DE VISTA SOCIAL, La pedagogía activa favorece el espíritu solidaridad y cooperación de los alumnos.
La pedagogía activa se fue gestando a partir de ROUSEAU hasta convertirse en un movimiento dominante.



AMBIENTE DE APRENDIZAJE

Un ambiente de aprendizaje se define como un “lugar o “espacio” donde el proceso de adquisición del conocimiento ocurre.
En un  ambiente de aprendizaje el participante actúa, usa sus capacidades, crea o utiliza herramientas para obtener  e interpretar información con el fin de construir su aprendizaje. (Gonzales y Flórez 1997)

Cuando se habla de Ambientes de Aprendizaje en el Aula, se hace referencia a imaginarios que se tienen alrededor de lo que ocurre al interior de las aulas de clase mostrando formas de hacer escuela, entender la educación, la sociedad y las relaciones que se establecen entre ellas (IDEP, 2004). El ambiente educativo no se limita a las condiciones materiales necesarias para la implementación del currículo, también debe proveer un ambiente para el aprendizaje significativo que flexibilice el espacio del aula y tenga en cuenta que dentro de éste se dan relaciones interpersonales que posibilitan la construcción del conocimiento.
La concepción de Ambiente de Aprendizaje Significativo, se instaura en las dinámicas que constituyen los procesos educativos y que involucran acciones, experiencias vivenciadas por cada uno de los participantes; actitudes, condiciones materiales y socioafectivas, múltiples relaciones con el entorno y la infraestructura necesaria para la concreción de los propósitos culturales que se hacen explícitos en toda propuesta educativa (Ordóñez, 2004).
Sin embargo, la concepción de ambiente de aprendizaje, específicamente al interior del aula, aun no es un concepto arraigado dentro del contexto escolar. Los docentes en su mayoría continúan trabajando bajo esquemas tradicionales de instrucción transmisionista, en donde el entorno, las relaciones interpersonales, la distribución física del aula, el rol del maestro, el del aprendiz y otra serie de condiciones del ambiente, no son considerados como variables que intervienen en el proceso de aprendizaje, mucho menos para el desarrollo de la escucha, proceso que requiere de habilidades especificas, que pocas veces aparece planificado para ser enseñado de manera sistemática en la escuela (González y Marenco, 1999).
Actualmente la escucha es un tema que aunque poco explorado e invisible, ocupa la atención y preocupación de muchos docentes que ven afectado de forma negativa sus procesos de aprendizaje, debido a esta causa se ha podido identificar en el contexto escolar, que, a pesar de ser “El modelo constructivista” el que orienta el aprendizaje, el modelo de enseñanza tradicional permanece. No hay una conciencia clara acerca de la pertinencia de la creación de ambientes de aprendizaje de aula significativos que favorezcan el desarrollo de la escucha. En la dinámica de interacción de aula sólo se reclama en los estudiantes esta habilidad para asimilar el discurso del maestro sin indagar por sus procesos de comprensión. Además, los maestros acostumbrados a transmitir lo que ellos consideran “Porciones relevantes de conocimiento”, no suelen ejercitarse en la escucha para interactuar de modo asertivo con los estudiantes y favorecer sus procesos personales de comprensión en general y de comprensión de instrucciones en particular.
El proceso de aprendizaje se garantiza por la conjugación de varios elementos, unos, dependen del sujeto cognoscente; como variables internas cognitivas y actitudinales que le permiten disponer sus capacidades para aprender, y otros dependen, de variables externas que obedecen al contexto escolar, al maestro y a las dinámicas que se establezcan entre las diferentes áreas de conocimiento (Díaz y Hernández, 1999).
Estas variables externas, son pocas veces consideradas como elementos que afectan directamente el proceso de aprendizaje, el cual se ve reducido a la interacción de enseñanza jerarquizada docente – estudiante, en donde se espera que este último articule y alcance los aprendizajes necesarios establecidos para el grado. En este sentido la reflexión acerca del entorno de aprendizaje es escasa ya que no se tiene en cuenta su influencia en el proceso de aprendizaje, y cómo las características del ambiente favorecen el desempeño, tanto del estudiante, como del docente, al permitir mejorar la interacción mediada por el acto comunicativo.
El acto comunicativo como la interacción de oyentes y hablantes juega un papel fundamental en el aprendizaje, pero la escuela ha centrado su interés en los procesos de lectura y escritura (en el nivel de producción ) y discursivo, generando pocas estrategias para favorecer la escucha como factor primordial para la comprensión, lo cual se hace evidente cuando en los grupos de estudiantes se observan dificultades en el seguimiento de instrucciones, la toma de turnos, el mantenimiento de la atención y, en general, en procesos 11de interacción que requieran de la escucha. (Referentes de desempeño escolar, IPARM, 2008).
En términos generales, podemos afirmar con Vigostky que el aprendizaje ocurre naturalmente a través de la interacción social que requiere del uso constante de las habilidades de habla y escucha (Vigostky, 1978). Teniendo en cuenta que los niños aprenden el lenguaje y usan el lenguaje para aprender, es necesario que identifiquen y fortalezcan sus habilidades en el rol de oyentes y hablantes (Cuervo y Flórez, 2004).
Por lo tanto, el aprendizaje de la lengua surge de manera natural como un acto de comunicación significativo para expresar necesidades y comprender a los demás. Es fundamental generar espacios para que los niños hablen de cosas que necesitan comprender, pregunten y escuchen respuestas a fin de posibilitar verdaderos actos comunicativos (Goodman, 1995).
Estos espacios deberán ser entonces ambientes de aprendizaje donde se promuevan el diálogo y la interacción para favorecer el aprendizaje colaborativo; asimismo se debe buscar fomentar en los estudiantes y maestros la necesidad de orientar hacia propósitos claros y pertinentes el uso de la escucha en cuanto habilidad que favorece la comprensión interpersonal y la intelectual, necesarias para la formación del ser humano y el aprendizaje en todos los dominios del conocimiento.
De acuerdo con las características del aprendizaje significativo se pueden diseñar ambientes de aprendizaje constructivistas que promuevan, entre otros procesos, la reflexión, la colaboración, la contextualización, el establecimiento de propósitos y el diálogo permanente.
Con base en estas reflexiones surge este estudio, tanto desde la experiencia profesional como orientadora escolar y acompañante de los procesos pedagógicos y convivenciales de una Institución de educación básica y media, donde se hizo necesario caracterizar los ambientes de aprendizaje del grado primero, mediante un diseño cualitativo de investigación que permita describirlos y observar los tipos escucha que predominan en los estudiantes del grado primero de esta institución. Con el fin de ofrecer posteriormente estos hallazgos como insumo de reflexión para integrar dentro del currículo las estrategias necesarias para el desarrollo de las habilidades de escucha, basados en la construcción de ambientes de aprendizaje de aula determinados para ello.




MARCO REFERENCIAL

(En construcción)
La autoestima es una emoción relacionada con sí mismo y con la práctica  social:
Desde aproximadamente los dos años, los niños y las niñas son sensibles por un lado a sus propios éxitos y fracasos y por el otro, al reconocimiento o la reconvención de los demás. Vale la pena aclarar que lo primero, está relacionado con la conciencia que se tiene sobre si se es o no capaz de hacer algo y lo segundo estaría articulado a la respuesta al elogio o reprensión que las propias acciones reciben por parte de los adultos significativos.
Lo anterior tiene que ver muy seguramente con el hecho de que hacia el segundo y tercer año los niños y niñas comienzan  a interesarse por el estado de ánimo de los otros y logran en momentos sentir empatía y compartirlos. Es también durante estos años que emergen las emociones de culpa, vergüenza, vanidad, introducidas por el surgimiento y la conciencia del yo, en el que se descubre la satisfacción  por lo que se ha hecho bien, la vergüenza ante los fracasos y la culpa ante situaciones que reconocen no son aceptables.
Según Paniagua y Palacios (2008) hay una gama de autoestimas parciales por decirlo de algún modo, y ellas están referidas a ámbitos específicos de conducta:
 Autoestima física (destrezas motrices, habilidades en los juegos, rasgos físicos).
 Autoestima académica (rendimiento y reconocimiento, respecto a las actividades y tareas escolares).
Autoestima relativa a las relaciones sociales (aceptación por parte de los demás).
 Autoestima relativa a las relaciones con adultos significativos (padres, educadores).
No obstante, las autoestimas parciales van configurándose en los años de la Educación Inicial y como se dijo anteriormente lo van haciendo sobre la base, de sus propias acciones y de las comparaciones sociales, en las que se destacan las apreciaciones de los pares y especialmente las de padres y educadores.
Con relación a los maestros y maestras y agentes educativos, hay que tener en cuenta los criterios que se usan para la valoración de los niños y las niñas y las sugerencias y comentarios que de cada uno se hace frente a los otros. Así entonces la valoración de cada niño o niña debe hacerse, sobre todo, en relación con sus propias capacidades y sus procesos personales. Asimismo es importante conversar con los niños y las niñas sobre las emociones propias y las de los demás, sobre sus causas y consecuencias, puesto que ello contribuye a la comprensión y a la posterior expresión y control emocional.




MARCO LEGAL

Los principios jurídicos que orientan esta investigación deben estar regidos desde perspectivas de derechos y de protección integral, establecidos en la convención de derechos de los niños, la Constitución Política de Colombia, en la Ley 1098 de 2006, Ley 115 de 1994, la guía 10 y 13 del Ministerio de educación y el Decreto 2247, los Lineamientos Curriculares de educación preescolar como los  instrumentos legales que amparan y sustentan el presente trabajo de investigación.

  1. DESDE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA TOMAMOS COMO REFERENCIA:

Artículo 67. La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social: con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura.
La educación formara al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia; y en la practica del trabajo y la recreación, para el mejoramiento cultural, científico, tecnológico y para la protección del ambiente.
El Estado, la sociedad y la familia son responsables de la educación, que será obligatoria entre los cinco y los quince años de edad y que comprenderá como mínimo, un año de preescolar y nueve de educación básica.

La educación será gratuita en las instituciones del Estado, sin perjuicio del cobro de derechos académicos a quienes puedan sufragarlos.
Corresponde al Estado regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la
educación con el fin de velar por su calidad, por el cumplimiento de sus fines y por la mejor formación moral, intelectual y física de los educandos; garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el sistema educativo.
La Nación y las entidades territoriales participarán en la dirección, financiación y administración de los servicios educativos estatales, en los términos que señalen la Constitución y la ley.

  1. DESDE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS:
·         La Convención Internacional sobre los Derechos de los Niños aprobada por el Congreso de la República de Colombia, mediante la Ley 12 del 22 de enero de 1991, introduce un cambio en la concepción social de la infancia: los niños deben ser reconocidos como sujetos sociales y como ciudadanos con derechos en contextos democráticos. El desarrollo integral, que considera aspectos físicos, psíquicos, afectivos, sociales, cognitivos y espirituales, aparece así como un derecho universal o como un bien asequible a todos, independientemente de la condición personal o familiar.

·         Artículo 19  de la Declaración Universal de los Derechos  humanos, establece  que La libertad de expresión es un  derecho fundamental de  todo individuo a expresar  ideas libremente y por tanto sin censura.

·         Desde la convención de Derechos de los niños  cabe resaltar las Áreas de derecho, área de supervivencia y salud, área de desarrollo, área de protección y  área de participación, que garantizan un bienestar y un ambiente sano para su desarrollo integral.


  1. DESDE LA LEY 1098 DEL 2006:
Mediante la cual se expide el Código de la infancia y la Adolescencia, cuyo objeto es “establecer normas sustantivas y procesales para la protección integral de los niños, las niñas y los adolescentes, garantizarles el ejercicio de sus derechos y libertades consagrados en los instrumentos internacionales de Derechos Humanos, en la Constitución Política y en las leyes, así como su restablecimiento. Dicha garantía y protección se hará obligación de la familia, la sociedad y el estado”.

ARTÍCULO 25. Derecho a la identidad:
Los niños, las niñas y los adolescentes tienen derecho a tener una identidad y a conservar los elementos que la constituyen como el nombre, la nacionalidad y filiación conformes a la ley. Para estos efectos deberán ser inscritos inmediatamente después de su nacimiento, en el registro del estado civil. Tienen derecho a preservar su lengua de origen, su cultura e idiosincrasia.
Artículo 29. Derecho al desarrollo integral en la primera infancia. 
La primera infancia es la etapa del ciclo vital en la que se establecen las bases para el desarrollo cognitivo, emocional y social del ser humano. Comprende la franja poblacional que va de los cero (0) a los seis (6) años de edad. Desde la primera infancia, los niños y las niñas son sujetos titulares de los derechos reconocidos en los tratados internacionales, en la Constitución Política y en este Código. Son derechos impostergables de la primera infancia, la atención en salud y nutrición, el esquema completo de vacunación, la protección contra los peligros físicos y la educación inicial. En el primer mes de vida deberá garantizarse el registro civil de todos los niños y las niñas.
ARTÍCULO 30. Derecho a la recreación, participación en la vida cultural y en las artes. 

Los niños, las niñas y los adolescentes tienen derecho al descanso, esparcimiento, al juego y demás actividades recreativas propias de su ciclo vital y a participar en la vida cultural y las artes.
Igualmente, tienen derecho a que se les reconozca, respete, y fomente el conocimiento y la vivencia de la cultura a la que pertenezcan.

ARTÍCULO 31. Derecho a la participación de los niños, las niñas y los adolescentes.
 Para el ejercicio de los derechos y las libertades consagradas en este código los niños, las niñas y los adolescentes tienen derecho a participar en las actividades que se realicen en la familia, las instituciones educativas, las asociaciones, los programas estatales, departamentales, distritales y municipales que sean de su interés.
ARTÍCULO 37. Libertades fundamentales. 
Los niños, las niñas y los adolescentes gozan de las libertades consagradas en la Constitución Política y en los tratados internacionales de Derechos Humanos. Forman parte de estas libertades el libre desarrollo de la personalidad y la autonomía personal; la libertad de conciencia y de creencias; la libertad de cultos; la libertad de pensamiento; la libertad de locomoción; y la libertad para escoger profesión u oficio.


  1. DESDE LA LEY 115 DE 1994
Artículo 5º.- Fines de la educación. De conformidad con el artículo 67 de la Constitución Política, la educación se desarrollará atendiendo a los siguientes fines:
1. El pleno desarrollo de la personalidad sin más limitaciones que las que le imponen los derechos de los demás y el orden jurídico, dentro de un proceso de formación integral, física, psíquica, intelectual, moral, espiritual, social, afectiva, ética, cívica y demás valores humanos.
2. La formación en el respecto a la vida y a los demás derechos humanos, a la paz, a los principios democráticos, de convivencia, pluralismo, justicia, solidaridad y equidad, así como en el ejercicio de la tolerancia y de la libertad.
3. La formación para facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan en la vida económica, política, administrativa y cultural de la Nación.
4. La formación en el respeto a la autoridad legítima y a la ley, a la cultura nacional, a la historia colombiana y a los símbolos patrios.
5. La adquisición y generación de los conocimientos científicos y técnicos más avanzados, humanísticos, históricos, sociales, geográficos y estéticos, mediante la apropiación de hábitos intelectuales adecuados para el desarrollo del saber.
6. El estudio y la comprensión crítica de la cultura nacional y de la diversidad étnica y cultural del país, como fundamento de la unidad nacional y de su identidad.
7. El acceso al conocimiento, la ciencia, la técnica y demás bienes y valores de la cultura, el fomento de la investigación y el estímulo a la creación artísticas en sus diferentes manifestaciones.
8. La creación y fomento de una conciencia de la soberanía nacional y para la práctica de la solidaridad y la integración con el mundo, en especial con Latinoamérica y el Caribe.
9. El desarrollo de la capacidad crítica, reflexiva y analítica que fortalezca el avance científico y tecnológico nacional, orientado con prioridad al mejoramiento cultural y de la calidad de la vida de la población, a la participación en la búsqueda de alternativas de solución a los problemas y al progreso social y económico del país.
10. La adquisición de una conciencia para la conservación, protección y mejoramiento del medio ambiente, de la calidad de la vida, del uso racional de los recursos naturales, de la prevención de desastres, dentro de una cultura ecológica y del riesgo y de la defensa del patrimonio cultural de la Nación. Ver Decreto Nacional 1743 de 1994 Educación ambiental.11. La formación en la práctica del trabajo, mediante los conocimientos técnicos y habilidades, así como en la valoración del mismo como fundamento del desarrollo individual y social.
12. La formación para la promoción y preservación de la salud y la higiene, la prevención integral de problemas socialmente relevantes, la educación física, la recreación, el deporte y la utilización adecuada del tiempo libre, y
13. La promoción en la persona y en la sociedad de la capacidad para crear, investigar, adoptar la tecnología que se requiere en los procesos de desarrollo del país y le permita al educando ingresar al sector productivo. Decreto Nacional 114 de 1996, la Educación no Formal hace parte del Servicio Público Educativo.
Artículo 91º.-
El alumno o educando. El alumno o educando es el centro del proceso educativo y debe participar activamente en su propia formación integral. El Proyecto Educativo Institucional reconocerá este carácter.

  1. DESDE LA GUIA 10
En nuestro proyecto de investigación vemos pertinente tomar como referente la Guía 10 Del Ministerio De Educación Nacional (Desarrollo Infantil Y Competencias En La Primera Infancia).
La cual presenta un panorama de las capacidades de los niños(as) en sus primeros cinco años de vida. Ésta propone una nueva concepción del desarrollo, como un proceso de transformaciones y reorganizaciones permanentes que convierten a los niños en sujetos ejecutores, individuos activos en la construcción de su conocimiento, competentes en sus relaciones afectivas y sociales, para expresar y comprender ideas, sentimientos y valores propios y de los otros. Lo cual de una u otra manera está aportando significativamente al desarrollo de su autoestima aunque en esta no se mencione.
La Guía 10  nos habla de “cómo se  propone una nueva mirada al desarrollo que es útil estudiar a partir de conceptos como el de competencias y experiencias reorganizadoras, las competencias entendidas como capacidades generales de los niños que posibilitan su ‘hacer’, su ‘saber’ y su ‘poder hacer’, como recursos que promueven movilizaciones hacia nuevos niveles de conocimiento, como ‘saber que saben’. Las experiencias reorganizadoras, hitos del desarrollo, que sintetizan los productos de los cambios, llevan a los niños a generar nuevas competencias, caracterizadas por formas de pensamiento más avanzadas que les permiten ‘saber que saben’ y utilizar modalidades de interacción progresivamente más complejas”.
Por otra parte la Guía 10 también nos habla de “crear a partir de la cotidianidad, espacios educativos significativos en los cuales los niños puedan construir interacciones múltiples con otros niños, donde puedan expresar sus afectos y emociones, compartir deseos, resolver problemas asumiendo posiciones, planteando y argumentando sus puntos de vista, escuchando y respetando las opiniones de los otros, logrando la integración de todos los lenguajes expresivos y comunicativos, de manera que el resultado final sea un niño que construye sus propias capacidades de pensar y de elegir interactuando con su cotidianidad y con las prácticas propias de la cultura en la que está inscrito. Son estos espacios los que propiciarán las bases para la formación de los ciudadanos y ciudadanas del mañana”. Lo cual además está aportando a una adecuada autoestima ya que el niño(a) que logre tener estas cualidades da cuenta de ser un niño(a) autónomo, capaz y seguro de sí mismo.
Como ya se menciono anteriormente con nuestro proyecto buscaremos realizar estrategias de la pedagogía activa que contribuyan al fortalecimiento de la autoestima, pero para estas se ha pensado en buscar adecuados ambientes de aprendizaje, y por esto vemos pertinente abarcar  “Las Características De Los Espacios Educativos Significativos” que se proponen en la Guía 10.

ESPACIOS EDUCATIVOS SIGNIFICATIVOS:
SUS CARACTERÍSTICAS
Un espacio educativo significativo es un escenario de aprendizaje estructurado, retador y generador de múltiples experiencias para los niños que participan en él. Se trata de una situación o conjunto de situaciones relacionadas entre sí, que facilitan la construcción de un nuevo conocimiento y permiten desarrollar formas de pensamiento más avanzadas y modalidades más complejas de interacción con el mundo.
Los juegos de todo tipo con otros compañeritos constituyen espacios de una riqueza inagotable si el agente educativo los pone al servicio de la educación de los niños. Estas situaciones se pueden considerar como espacios educativos significativos ya que promueven el principal sentido de la educación: el aprendizaje y el desarrollo humano.
Los espacios educativos significativos son ambientes de aprendizaje que favorecen la adquisición de múltiples ‘saberes’ y fortalecen las competencias necesarias para enfrentar las demandas crecientes del entorno. De ninguna manera la expresión “espacio” se refiere a un lugar físico. Se utiliza para describir la variedad de situaciones enriquecidas que los adultos pueden utilizar y aprovechar en la cotidianidad con los niños para que tengan experiencias novedosas y desafiantes. Por lo tanto, entendemos que un espacio educativo es significativo si se trata de cualquier situación, actividad, tarea, problema o práctica cultural que les brinda la oportunidad de aprender, movilizar sus competencias y que realmente les exija “pensar”. Sin embargo, es necesario aclarar que no toda situación resulta significativa para los niños. Es responsabilidad de los agentes educativos garantizar que cualquier actividad que les proponga, cumpla con las condiciones básicas para que sea relevante a su desarrollo. Por esta razón, es necesario detenerse sobre cuatro características que cualquier tipo de actividad debe cumplir para que constituya un espacio educativo significativo. Los agentes educativos pueden utilizar estas características como pautas para analizar, evaluar, generar y transformar las situaciones que utilizan.
Para que un espacio educativo resulte significativo debe ser al mismo tiempo:
 1) una situación estructurada: Un espacio educativo significativo debe ser una situación “estructurada” tanto para los niños como para el agente educativo y un primer elemento que brinda estructura a una situación es introducirle uno o más propósitos de aprendizaje.
2) un contexto de interacción: Los contextos de interacción son los espacios educativos que cuentan con un conjunto de elementos que favorecen la comunicación o la relación activa de los niños consigo mismos, con sus compañeros, con los agentes educativos, con los objetos e incluso con los eventos de la vida diaria.
 3) una situación de resolución de problemas: Como su nombre lo indica es un escenario específico y privilegiado donde se desenvuelven las actividades en el plano de las acciones, éstas se plantean en términos de metas que los niños deben realizar para alcanzar la meta propuesta.
 4) una situación que exija el uso de competencias variadas: Para que una situación exija competencias variadas es más efectivo plantear una temática central amplia y compleja con la cual se puedan realizar actividades variadas alrededor de una misma temática.

GUIA 13

  1. DESDE EL DECRETO  2247
Capitulo II  Orientaciones curriculares 
Artículo 11. Son principios de la educación preescolar:
a) Integralidad Reconoce el trabajo pedagógico integral y considera al educando como ser único y  social en interdependencia y reciprocidad permanente con su entorno familiar, natural, social, étnico y cultural;
b) Participación. Reconoce la organización y el trabajo de grupo como espacio propicio para la aceptación de si mismo y del otro, en el intercambio de experiencias, aportes, conocimientos e ideales por parte de los educandos, de los docentes, de la familia y demás miembros de la comunidad a la que pertenece, y para la cohesión, el trabajo grupal, la construcción de valores y  normas sociales, el sentido de pertenencia y el compromiso personal y grupal;
c) Lúdica; Reconoce el juego como dinamizador de la vida del educando mediante el cual construye conocimientos, se encuentra consigo mismo, con el mundo físico y social, desarrolla iniciativas propias, comparte sus intereses, desarrolla habilidades de comunicación, construye y se apropia de normas. Así mismo, reconoce que el gozo, el entusiasmo, el placer de crear, recrear y  de generar significados, afectos, visiones de futuro y nuevas formas de acción y convivencia, deben constituir el centro de toda acción realizada por y para el educando, en sus entornos familiar, natural, social, étnico, cultural y escolar. 
Artículo 12. El currículo del nivel preescolar se concibe como un proyecto permanente de construcción e investigación pedagógica, que integra los objetivos establecidos por el artículo 16 de la Ley 115 de 1994 y debe permitir continuidad y articulación con los procesos y estrategias  pedagógicas de la educación básica. Los procesos curriculares se desarrollan mediante la ejecución de proyectos lúdico ­ pedagógicos y  actividades que tengan en cuenta la integración de las dimensiones del desarrollo humano: corporal, cognitiva, afectiva, comunicativa, ética, estética, actitudinal y valorativa; los ritmos de aprendizaje; las necesidades de aquellos menores con limitaciones o con capacidades o talentos  excepcionales, y las características étnicas, culturales, lingüísticas y ambientales de cada región y  comunidad. 
Artículo 13. Para la organización y desarrollo de sus actividades y de los proyectos lúdico ­ pedagógicos, las instituciones educativas deberán atender las siguientes directrices:
1. La identificación y el reconocimiento de la curiosidad, las inquietudes, las motivaciones, los  saberes, experiencias y talentos que el educando posee, producto de su interacción con sus  entornos natural, familiar, social, étnico, y cultural, como base para la construcción de conocimientos, valores, actitudes y comportamientos.
2. La generación de situaciones recreativas, vivenciales, productivas y espontáneas, que estimulen a los educandos a explorar, experimentar, conocer, aprender del error y del acierto, comprender el mundo que los rodea, disfrutar de la naturaleza, de las relaciones sociales, de los avances de la ciencia y de la tecnología.
3. La creación de situaciones que fomenten en el educando el desarrollo de actitudes de respeto, tolerancia, cooperación, autoestima y autonomía, la expresión de sentimientos y emociones, y la construcción y reafirmación de valores.
4. La creación de ambientes lúdicos de interacción y confianza, en la institución y fuera de ella, que posibiliten en el educando la fantasía, la imaginación y la creatividad en sus diferentes  expresiones, como la búsqueda de significados, símbolos, nociones y relaciones.
5. El desarrollo de procesos de análisis y reflexión sobre las relaciones e interrelaciones del educando con el mundo de las personas, la naturaleza y los objetos, que propicien la formulación y  resolución de interrogantes, problemas y conjeturas y el enriquecimiento de sus saberes.
6. La utilización y el fortalecimiento de medios y lenguajes comunicativos apropiados para satisfacer las necesidades educativas de los educandos pertenecientes a los distintos grupos  poblacionales, de acuerdo con la Constitución y la ley.
7. La creación de ambientes de comunicación que, favorezcan el goce y uso del lenguaje como significación y representación de la experiencia humana, y propicien el desarrollo del pensamiento como la capacidad de expresarse libre y creativamente.
8. La adecuación de espacios locativos, acordes con las necesidades físicas y psicológicas de los  educandos, los requerimientos de las estrategias pedagógicas propuestas, el contexto geográfico y  la diversidad étnica y cultural.
9. La utilización de los espacios comunitarios, familiares, sociales, naturales y culturales como ambientes de aprendizajes y desarrollo biológico, psicológico y social del educando.
10. La utilización de materiales y tecnologías apropiadas que les faciliten a los educandos, el juego, la exploración del medio y la transformación de éste, como el desarrollo de sus proyectos y  actividades.
11. El análisis cualitativo integral de las experiencias pedagógicas utilizadas, de los procesos de participación del educando, la familia y de la comunidad, de la pertinencia y calidad de la metodología, las actividades, los materiales, y de los ambientes lúdicos y pedagógicos generados.

  1. DESDE EL DECRETO  1860

ARTICULO 40. Servicio de orientación. En todos los establecimientos educativos se prestará un servicio de orientación estudiantil que tendrá como  objetivo general el de contribuir al pleno desarrollo de la personalidad de los  educandos, en particular en cuanto a:

a). La toma de decisiones personales;
b). La identificación de aptitudes e intereses;
c). La solución de conflictos y problemas individuales, familiares y grupales;
d). La participación en la vida académica, social y comunitaria;
e). El desarrollo de valores, y
f). Las demás relativas a la formación personal de que trata el artículo 92 de la Ley
115 de 1994.


  1.  DESDE LOS LINEAMIENTOS CURRICULARES DE PREESCOLAR

1.    Significado y sentido de la educación preescolar

Según Jacques Delors, en el documento “La educación encierra un tesoro” 2, la educación debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales, que en el transcurso de la vida serán para cada persona, en cierto sentido, los pilares del conocimiento: Aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer, para poder influir sobre el propio entorno; aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas, y, por último, aprender a ser, un proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores.
Por supuesto, estas cuatro vías del saber convergen en una sola, ya que hay entre ellas múltiples puntos de contacto, coincidencia e intercambio.

1.1 Aprender a conocer
Este tipo de aprendizaje puede considerarse a la vez medio y finalidad de la vida humana. En cuanto medio, consiste para cada persona en aprender a comprender el mundo que la rodea, al menos suficientemente para vivir con dignidad, desarrollar sus capacidades profesionales y comunicarse con los demás. Como fin, su justificación es el placer de comprender, de conocer, de descubrir. Aprender para conocer supone aprender a aprender, para poder aprovechar la posibilidad que ofrece la educación a lo largo de la vida.

1.2 Aprender a hacer
Aprender a conocer y aprender a hacer son en gran medida, indisociables. Tienen que ver con el desarrollo de competencias para que los seres humanos sean capaces de hacer frente a diversas situaciones y problemas, y a trabajar en equipo. Supone, para los niños y las niñas, la participación en la planeación, realización y elaboración de una tarea común; la creación de una dinámica que favorezca la cooperación, la tolerancia y el respeto y, además, la potenciación de aprendizajes verdaderamente significativos en situaciones que tienen valor especial para el que aprende a través de la acción, intercambio de información con los demás, toma de decisiones y puesta en práctica de lo aprendido.
Es a partir de la observación y experimentación con lo que hay y sucede a su alrededor, que los niños son capaces de obtener e incorporar un gran caudal de información, formular hip ótesis, establecer relaciones, comprender y generalizar.
Y pueden hacerlo, gracias a las formas de acción e interacción que establecen con los objetos y elementos del entorno y con los otros niños, compañeros y adultos.
Para el establecimiento de estas formas de relación, la educación preescolar se constituye en un espacio y un tiempo generador de posibilidades de gozo, conocimiento y bienestar para los niños, sus familias, los docentes y las comunidades a las cuales pertenecen; es una oportunidad de construcción permanente de relaciones afectivas, recreativas y significativas para todos.
Ministerio de Educación Nacional
El reto fundamental del trabajo en este nivel implica un nuevo y renovado compromiso para afrontar el desafío de contribuir a la formación de los niños y las niñas como ciudadanos(as) reconocidos(as) y sujetos plenos de derechos.

1.3 Aprender a vivir juntos
Aprender a vivir juntos es aprender a vivir con los demás, fomentando el descubrimiento gradual del otro, la percepción de las formas de interdependencia y participación, a través de proyectos comunes que ayudan prepararse para tratar y solucionar conflictos.
En este sentido la educación tiene una doble misión: de un lado, el descubrimiento del otro, que enseña sobre la diversidad de la especie humana y contribuye a una toma de conciencia de las semejanzas, las diferencias y la interdependencia entre todos los seres humanos. El descubrimiento del otro pasa forzosamente por el conocimiento de uno mismo, para saber quién es; sólo así se podrá realmente poner en el lugar de los demás y comprender sus reacciones.
De otro lado, aprender a vivir juntos implica tender hacia objetivos comunes: cuando se trabaja mancomunadamente en proyectos motivadores, cooperativos y solidarios que posibiliten a todos los niños y las niñas del país el ingreso al sistema educativo independientemente de su condición física o mental o de consideraciones de raza, sexo, religión, como un objetivo común, se ratifica verdaderamente el principio señalado de que “los derechos de los niños prevalecen sobre los de los demás”. Es el respeto, cuidado y atención de los niños, un punto de partida, en toda sociedad, para el logro de la convivencia humana.

1.4 Aprender a ser
Más que nunca, la función esencial de la educación es propiciar en todos los seres humanos la libertad de pensamiento, de juicio, de sentimientos y de imaginación que se necesitan para que sus talentos alcancen la plenitud y de esta manera puedan ser artífices, en la medida de lo posible, de su destino. “El desarrollo tiene por objeto, el despliegue completo del hombre con toda su riqueza y en la complejidad de sus expresiones y de sus compromisos, individuo, miembro de una familia y de una colectividad, ciudadano y productor, inventor de técnicas y creador de sueños”.
Este desarrollo del ser humano que va del nacimiento al fin de la vida, es un proceso dialéctico que comienza por el conocimiento de sí mismo, a través de las relaciones con los demás; de la individualización en la socialización.
Sobra decir que estos pilares no pueden limitarse a una etapa de la vida o a un sólo lugar. Es necesario replantear los tiempos y los ámbitos de la educación –familia, escuela, comunidad, medios masivos– ara que se complementen y articulen entre sí, con el fin de que cada persona, durante toda su vida, pueda aprovechar al máximo el contexto en constante enriquecimiento.

La educación preescolar afecta, entre otras, las actitudes siguientes:
l La actitud ante el adulto: Cuando en un equilibrio de comprensión y exigencia, el niño es el eje de la vida escolar, se siente conocido, valorado, estimulado y cómodo, produciendo como respuesta inmediata una actitud de buena disposición y confianza.
l La actitud ante el docente: Está totalmente relacionada con la dimensión social. El niño percibe una nueva valoración de su actuación. En la institución educativa, su propia imagen se perfila en relación con la imagen que él tiene de los demás. El docente influye especialmente en esta primera percepción: sus valoraciones, sus juicios, aunque sólo se manifiesten por medio de comentarios que parecen intranscendentes pesan en la imagen que el niño se hace de sí mismo y de los demás.
l La actitud ante los otros niños: Como consecuencia de la percepción que el niño tiene del docente, de la vivencia de lo que dentro del grupo él es para el docente, tendrá una actitud en relación con sus compañeros.
Sobre las posibles reacciones que esto genera, se puede presentar una tendencia a ampliar el individualismo, a valorar sólo las afinidades (el niño se encuentra mejor con los que ya conoce, los que más se le parecen) y la tendencia a descubrir el valor de la diversidad (al niño le gusta conocer nuevos compañeros, nuevas formas de hacer).
l La actitud ante sí mismo: En este proceso se esbozan en el niño actitudes de seguridad o inseguridad, autoestima o infravaloración, realismo o inferioridad o superioridad.
Estas actitudes inciden en el desarrollo de las diferentes dimensiones del ser humano. Cuando el niño constata que en casa puede hablar de la institución educativa y que en la institución puede reflejar su mundo familiar o extraescolar, es decir, cuando encuentra un verdadero interlocutor, inicia un proceso de crecimiento en el ámbito de todas las dimensiones de su desarrollo. Cuando percibe que el docente tiene con él la misma relación que con cualquier otro compañero del grupo, el niño descubre una nueva dimensión de cada compa ñero y empieza a percibirse como parte de un conjunto concreto. Así, es posible establecer una relación con el grupo como un “nosotros” constituido por personas diferentes y a la vez próximas que se tienen confianza (adulto-niño, y niños entre sí) o por el contrario, como miembro de una colectividad anónima, en la cual cada uno se siente diferente y distante de los otros, en donde cuentan los individuos, pero no las personas. Uno y otro caso llevan a una espiral: el primero de sociabilidad, pertenencia y formación; el segundo, de formalismo y alejamiento.(pag.10)

2.    Marco de referencia del nivel de preescolar

2.2  Desde la pedagogía

La pedagogía activa concibe la educación como el señalar caminos para la autodeterminación personal y social, y como el desarrollo de la conciencia crítica por medio del análisis y la transformación de la realidad; acentúa el carácter activo del niño en el proceso de aprendizaje, interpretándolo como buscar significados, criticar, inventar, indagar en contacto permanente con la realidad; concede importancia a la motivación del niño y a la relación escuela-comunidad y vida; identifica al docente como animador, orientador y catalizador del proceso de aprendizaje; concibe la verdad como proyecto que es elaborado y no posesión de unas pocas personas; la relación teoría y práctica como procesos complementarios, y la relación docente-alumno como un proceso de diálogo, cooperación y apertura permanente10.
Esta pedagogía centra su interés en la naturaleza del niño, y tiende a desarrollar en él el espíritu científico, acorde con las exigencias de la sociedad, sin prescindir de los aspectos fundamentales de la cultura.
La pedagogía activa11, como tendencia orientadora del quehacer pedagógico para el nivel de preescolar, toma como punto de partida para todo aprendizaje la propia actividad, pues es mediante ella, que los niños y las niñas construyen conocimientos que, al ser experimentados e incorporados, les permiten actuar nuevamente sobre la realidad en forma más efectiva y compleja.
La pedagogía activa sustenta que todo lo que rodea a los niños puede ser fuente inagotable de preguntas, que suscitan la búsqueda de información, de formulación de hipótesis, de análisis, comprobación, exploración y observación. De esta forma todo el medio es un generador de actividades, que se convierten en insumos de conocimientos y aprendizajes con significado y finalidad, enriquecidos con las experiencias previas de los niños y con el intercambio comunicativo que se establece entre el grupo infantil y el docente. (pág. 13)

La pedagogía activa no sólo reconoce la actividad interna y externa del niño frente al conocimiento, sino que tiene en cuenta la concepción global que el niño tiene del mundo. Las actividades que en este enfoque se proponen deben ser estructuradas y adecuadas a su nivel, responder a los intereses del niño y estar dirigidas hacia el cumplimiento de un objetivo.

Igualmente, es importante tener en cuenta que un niño activo no es aquél que hace muchas actividades externas.
Muchas veces un niño que piensa sentado en su pupitre puede ser más activo que uno que recorta o hace muchos dibujos y ejercicios en hojas de papel. (pag.14)

3.    La visión del niño desde sus dimensiones de desarrollo

3.1 Dimensión socio-afectiva
La comprensión de la dimensión socio-afectiva hace evidente la importancia que tiene la socialización y la afectividad en el desarrollo armónico e integral en los primeros años de vida incluyendo el periodo de tres a cinco años.

El desarrollo socio-afectivo en el niño juega un papel fundamental en el afianzamiento de su personalidad, autoimagen, auto concepto y autonomía, esenciales para la consolidación de su subjetividad, como también en las relaciones que establece con los padres, hermanos, docentes, niños y adultos cercanos a él, de esta forma va logrando crear su manera personal de vivir, sentir y expresar emociones y sentimientos frente a los objetos, animales y personas del mundo, la manera de actuar, disentir y juzgar sus propias actuaciones y las de los demás, al igual que la manera de tomar sus propias determinaciones. (pág. 17-18)


3.2 Dimensión corporal

La expresividad del movimiento se traduce en la manera integral como el niño actúa y se manifiesta ante el mundo con su cuerpo “en la acción del niño se articulan toda su afectividad, todos sus deseos, todas sus representaciones, pero también todas sus posibilidades de comunicación y conceptualización”. Por tanto, cada niño posee una expresividad corporal que lo identifica y debe ser respetada en donde sus acciones tienen una razón de ser.

Se podría decir que desde la dimensión corporal se posibilita la construcción misma de la persona, la constitución de una identidad, la posibilidad de preservar la vida, el camino de expresión de la conciencia y la oportunidad de relacionarse con el mundo.

3.3 Dimensión cognitiva
Entender el desarrollo de la dimensión cognitiva en el niño que ingresa al nivel de educación preescolar, remite necesariamente a la comprensión de los orígenes y desarrollo de la gran capacidad humana para relacionarse, actuar y transformar la realidad, es decir, tratar de explicar cómo empieza a conocer, cómo conoce cuando llega a la institución educativa, cuáles son sus mecanismos mentales que se lo permiten y cómo se le posibilita lograr un mejor y útil conocimiento.

El niño, apoyado en las experiencias que le proporciona su contexto particular, en el cual la familia juega un papel vital, desarrolla su capacidad simbólica, que surge inicialmente por la representación de los objetos del mundo real, para pasar luego a las acciones realizadas en el plano interior de las representaciones, actividad mental, y se manifiesta en la capacidad de realizar acciones en ausencia del modelo, realizar gestos o movimientos que vio en otros, y pasar a jugar con imágenes o representaciones que tiene de esos modelos.

Para entender las capacidades cognitivas del niño de preescolar, hay que centrarse en lo que éste sabe y hace en cada momento, su relación y acción con los objetos del mundo y la mediación que ejercen las personas de su contexto familiar, escolar y comunitario para el logro de conocimientos en una interacción en donde se pone en juego el punto de vista propio y el de los otros, se llega a cuerdos, se adecúan lenguajes y se posibilita el ascenso hacia nuevas zonas de desarrollo.

3.4 Dimensión comunicativa
La dimensión comunicativa en el niño está dirigida a expresar conocimientos e ideas sobre las cosas, acontecimientos y fenómenos de la realidad; a construir mundos posibles; a establecer relaciones para satisfacer necesidades, formar vínculos afectivos, expresar emociones y sentimientos.

Toda forma de comunicación que establece el niño se levanta sobre las anteriores, las transforma en cierta medida, pero de ninguna manera las suprime, a mayor edad del niño, con mayor flexibilidad utiliza todos los medios a su alcance.
Entre más variadas y ricas son sus interacciones con aquellos que lo rodean y con las producciones de la cultura, más fácilmente transforma sus maneras de comunicarse, enriquece su lenguaje y expresividad e igualmente diversifica los medios para hacerlo mediante la apropiación de las nuevas posibilidades que le proporciona el contexto.

3.5 Dimensión estética
La dimensión estética en el niño juega un papel fundamental ya que brinda la posibilidad de construir la capacidad profundamente humana de sentir, conmoverse, expresar, valorar y transformar las percepciones con respecto a sí mismo y al entorno, desplegando todas sus posibilidades de acción. El niño, en esa permanente interacción consigo mismo, con sus pares y con los adultos, especialmente con sus compañeros, el docente y padres de familia, manifiesta sus sensaciones, sentimientos y emociones, desarrolla la imaginación y el gusto estético garantizando climas de confianza y respeto, donde los lenguajes artísticos se expresan y juegan un papel fundamental al transformar lo contemplado en metáforas y representaciones armónicas de acuerdo con las significaciones propias de su entorno natural, social y cultural.

La sensibilidad en la dimensión estética, se ubica en el campo de las actitudes, la autoexpresión, el placer y la creatividad que encierra un compromiso, entrega, gratuidad y no obligatoriedad. Hay una estrecha relación entre la sensibilidad y la evolución de la construcción de la autoconciencia, hablar de la sensibilidad es hablar de respuesta pronta ante lo nuevo, de la delicadeza y sutileza, de ofrecer posibilidades de expresión, sentimiento y valoración que permitan al niño su desarrollo en está dimensión para ser capaz de amarse a sí mismo y amar a los demás, favoreciendo de esta manera el desarrollo de actitudes de pertenencia, autorregulación, confianza, singularidad, eficiencia y satisfacción al lograr lo que a sí mismo se ha propuesto.


3.6 Dimensión espiritual
El desarrollo de esta dimensión en el niño, le corresponde en primera instancia a la familia y posteriormente a la institución educativa, al establecer y mantener viva la posibilidad de trascender como una característica propia de la naturaleza humana, la espiritualidad.

El espíritu humano crea y desarrolla mediante las culturas y en las culturas un conjunto de valores, de intereses, de aptitudes, actitudes de orden moral y religioso con el fin de satisfacer la necesidad de trascendencia que lo caracteriza.
Lo trascendente en el niño, por tanto, se puede entender como el encuentro del espíritu humano con su subjetividad, su interioridad y su conciencia, estados profundos de la dignidad y libertad del ser humano, lo cual supone que el adulto tenga un conocimiento de las características propias de la subjetividad, la interioridad y la conciencia en formación del niño.

3.7 Dimensión ética
La formación ética y moral en los niños, una labor tan importante como compleja, consiste en abordar el reto de orientar su vida. La manera como ellos se relacionarán con su entorno y con sus semejantes, sus apreciaciones sobre la sociedad y sobre su papel en ella, en fin, aprender a vivir.

Desde los primeros contactos que los niños tienen con los objetos y personas que lo rodean, se inicia un proceso de socialización que los irá situando culturalmente en un contexto de símbolos y significados que les proporcionará el apoyo necesario para ir construyendo en forma paulatina su sentido de pertenencia a un mundo determinado y sus elementos de identidad.


El objetivo de la educación moral sería el desarrollo de la autonomía, es decir, el actuar de acuerdo con criterios propios.



En conclusión, se puede decir que el niño en edad preescolar, desde su propia lógica, construida en interacción consigo mismo y con el otro, tiene un amplio y articulado conocimiento del mundo, por tanto, hacer pedagogía en el preescolar es pensar en la posibilidad de un niño, de un hombre capaz de amar, recibir y ofrecer afecto y establecer lazos de amistad, compañerismo y solidaridad, con capacidad y deseo de comunicarse con los demás, alegre, feliz, que disfruta con las oportunidades que le da la vida, que se integra y establece relaciones en nuevos contextos sociales. (pag 22)













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